Racionamiento de agua podría ser hasta fin de año
El racionamiento de agua que se ha vivido en Caracas desde mayo ha sido inclemente con algunas zonas. Quienes laboran en el edificio Galerías Miranda de Chacao tienen que hacer malabares para ir al baño. “Yo voy al baño a mi casa porque vivo cerca y tengo agua en un tanque. Pero las que no pueden hacer eso, tienen que ir hasta el Sambil. Pierden mucho tiempo y solo pueden ir dos veces al día”, cuenta Oriana Zapata.
El edificio, por la ubicación y la infraestructura, no puede recibir agua de cisternas, modalidad que han adoptado en casi todo el municipio para suplir el desabastecimiento.
El racionamiento comenzó hace tres meses porque el embalse Lagartijo estaba por debajo de la cota mínima de la que se puede extraer líquido. Entonces, el ministro de Ambiente, Miguel Leonardo Rodríguez dijo que el déficit de abastecimiento en el Área Metropolitana era de 2.500 litros por segundo.
Esta semana, Ernesto Paiva, presidente de Hidrocapital, indicó que el plan de suministro seguiría debido a la sequía, que podría agudizarse en diciembre con la probable activación del fenómeno El Niño.
“El plan se mantiene, no tenemos una fecha tope. Dependerá de los niveles de los embalses y de la evolución de las lluvias. Es importante aclarar que aunque haya llovido en Caracas, no significa que eso repercuta en el abastecimiento de los embalses”, dijo Paiva.
El agua llega a la capital, a los Altos Mirandinos y a los Valles del Tuy a través de los sistemas Tuy I, II y III. Los embalses de los que se abastecen, entre ellos Camatagua y Taguaza, han permanecido en niveles aceptables.
Lagartijo, aunque ha comenzado a llenarse, sigue por debajo de los niveles requeridos. En mayo estaba en 158,06 metros sobre el nivel del mar y en agosto está en 169,40, aún a 20 metros de su medida normal, según información de Hidrocapital.
El negocio de la cisterna
Para el racionamiento se dividió a Caracas en 29 sectores, a los Altos Mirandinos en 9, y a los Valles del Tuy en 24.
Sin embargo, la distribución no parece equitativa. La parroquia La Vega y algunas zonas de El Paraíso no tienen servicio entre martes y viernes. La Tahona y los Naranjos se abastecen solo en las noches.
En zonas de los municipios Sucre y Chacao han denunciado que pasan más tiempo del estipulado sin servicio.
Paiva admitió que en Vargas la situación es más severa. “El problema es que el estado depende de los ríos, que en este momento tienen muy poco caudal”. También hizo un llamado al uso consciente del agua. “En Caracas liberamos 500 litros por habitante por día, cuando la norma internacional es que sean 250”.
Diego Scharifker, quien encabeza la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable del Concejo Municipal de Chacao, dijo que en algunos lugares como el casco histórico o Los Palos Grandes han estado más de 5 días sin agua.
En junio, el Concejo hizo una encuesta en 265 edificios de los aproximadamente 1.000 que hay en la zona. De ellos, 61,13% respondieron que no se cumplía con los días de racionamiento y 63,39% que no recibían el servicio de agua potable con regularidad. En 47 edificios señalaron que gastaban alrededor de 4.000 bolívares semanales en contratación de cisternas y en otros 16 dijeron que la suma llegaba hasta 7.500 bolívares. El Concejo Municipal estudia ir ante autoridades como la Defensoría del Pueblo para exigir que se cumpla con el derecho de acceso al agua.
En el mercado viejo de Chacao, son comunes los tanques internos. Nelson Oribelos, dueño de uno de los puestos de comida, indicó que entre todos aportan para traer cisternas cuando no hay suficiente agua.
En la panadería La Castellana, según la encargada, pueden pedir hasta 3 camiones de agua 2 veces a la semana. Cada uno les cuesta 2.500 bolívares.
En los llenaderos de agua potable el trabajo no falta. En un día movido, en el llenadero de La Tahona pueden hacer entre 5 y 7 viajes, desde las 5:00 am. Por un camión que transporte 10.000 litros de agua cobran entre 2.000 y 3.000 bolívares.
Francisco Brice tiene 10 años en el negocio de las cisternas y pide a Hidrocapital que reabra la estación de bombeo Oripoto II, cerrada a principios de 2013, para facilitarles la labor.
En el llenadero de la Cota Mil, a la altura de Sebucán, se quejan de los altos precios de los repuestos para los camiones. “Un viaje son entre 1.500 y 2.000 bolívares y un litro de aceite cuesta 400, si se consigue. Cada camión necesita 10 litros de aceite”, explicó Marcos Briceño.
Sequía de obras
De acuerdo con el boletín de precipitación de la Estación UCV en el mes de julio de 2014, el país entró en un período seco extremo. Valdemar Andrade, ingeniero hidrometeorológico de la UCV, indicó que este diagnóstico puede extenderse al resto de la ciudad.
“Aunque en la época seca, la lluvia estuvo por debajo del promedio, no fue extremo. Lo que ha sido extremo es que en la época de lluvia no ha llovido nada”, expuso Andrade. Agregó que hay 80% de probabilidades de que El Niño ocurra a finales de este año, lo que podría prolongar la sequía.
“En 16 años, la Gran Caracas ha crecido 25% en población. En 15 años no se ha construido una fuente adicional nueva. La última fue Taguaza, en 1999”, recordó José de Viana, ex presidente de Hidrocapital.
El problema sustancial que lleva al racionamiento podría no ser solo la sequía, sino que falta una pieza fundamental en el rompecabezas del Acueducto Metropolitano: el sistema Tuy IV y el embalse de Cuira, que debían estar listos en la década pasada.
Fuente: El Nacional