Nicolás Maduro se debate entre girar a la izquierda o ser autoritario
La cúpula del oficialismo no oculta la molestia de la base del Partido Socialista Unido de Venezuela, factores aliados y pueblo, como consecuencia de la crisis económica que se expresa en desabastecimiento y colas en negocios. “El chavismo se puede molestar, pero nunca va a ir a votar por la derecha”, admitió Diosdado Cabello, primer vicepresidente del PSUV, en un acto en Anzoátegui, organizado por las unidades de batalla Chávez en su apoyo y contra su ex agente de seguridad Leamsy Salazar, que lo vincula con el Cartel de los Soles.
La Unidad Popular Revolucionaria Antiimperialista efectuó la semana pasada la Conferencia izquierda revolucionaria, con participación de 1.500 dirigentes, representantes de 23 estados y de 115 organizaciones, que critican el giro reformista del gobierno y un eventual acuerdo Miraflores-sectores económicos internacionales.
La dirigencia de Marea Socialista intervino en este acto y reveló que UPRA entregará un documento con las observaciones y propuestas a Maduro. Las críticas se mantienen en bajo perfil por una razón: “La presión sobre los grupos críticos a través de las gobernaciones. Casos Zulia y Sucre, donde los círculos bolivarianos son obligados a no declarar en contra de decisiones del gobierno”, revelan fuentes. La situación es similar con la dirigencia de Marea Socialista y Clase Media Socialista, a quienes amenazan con quitarles cualquier prebenda del Estado.
Ante la crisis política y económica, el politólogo Nicmer Evans visualiza tres opciones para evitar una crisis social: “Maduro parece llegar a una encrucijada y tiene tres opciones. Uno, correr la arruga hasta ver cuánto aguanta. Esta es la tesis del ‘Dios proveerá’. Un aparente ‘no hacer nada’. Esta opción, aunque es la más cómoda electoralmente, no aguanta más tiempo, producto del déficit presupuestario que supone un barril petrolero a 20 dólares”.
Evans identifica como segundo escenario el “golpe de timón” e “impunidad cero”, es decir “girar hacia la izquierda y recomponerse desde el chavismo”. La decisión implica: “1) Destituir el gabinete de ministros y simplificar los despachos a no más de 15 ministerios. 2) Llevar a referéndum las decisiones más importantes. 3) Hacer una auditoría pública al control cambiario. 4) Ejecutar un cese temporal del pago de la deuda para la recomposición de las cuentas y reorientar las divisas al aparato productivo. Y 5) Aplicar las pautas del ‘golpe de timón”.
La tercera es el autoritarismo, que se manifiesta en “la negación de la democracia participativa y protagónica” en la toma de decisión, el ocultamiento de los problemas del país, la persecución a “la crítica chavista y la opositora racional”, la represión a la protesta y la imposición de medidas impopulares. Este camino, dijo Nicmer, sería el peor error del gobierno, pues conduciría a la violencia que todo el país rechaza. “Sin embargo, existen personeros en el entorno presidencial que manejan esta tesis y azuzan su aplicación”.
Fuente: El Nacional