Compañía Clorox preocupada por uso de sus plantas
La empresa estadounidense de productos de limpieza Clorox informó el sábado que la ocupación de dos de sus plantas en el país por parte del gobierno venezolano supone «serias preocupaciones» sobre la seguridad de sus trabajadores y las comunidades vecinas.
El gobierno nacional anunció el viernes la «ocupación temporal» de dos de las plantas propiedad de Clorox, que había anunciado el cese de sus operaciones en el país en la semana debido a las difíciles condiciones económicas para operar en el país.
Después del anuncio del retiro de la multinacional, cerca de 400 trabajadores decidieron tomar dos plantas, ubicadas una en Valles del Tuy, estado Miranda, y la otra en el estado Carabobo.
Clorox agregó que la producción de productos de limpieza es «un proceso altamente especializado y técnico». La compañía informó que había detenido la operación de las plantas de forma segura antes de su salida, e incluyó la eliminación de todo el cloro.
«Las acciones del gobierno venezolano plantean preocupaciones. Clorox y sus socios no se hacen responsables de la seguridad de los trabajadores y de las comunidades alrededor de las plantas, ni asume responsabilidad por los daños que genere esta ocupación», expuso la firma en un comunicado.
La compañía con sede en Oakland, California, agregó que está dispuesta a discutir con el Gobierno una compensación por la ocupación de sus plantas.
Clorox, que inició sus operaciones en Venezuela en 1990, explicó el lunes su salida del mercado venezolano debido a las «restricciones operativas» y la «incertidumbre económica».
«Por tres años, Clorox Venezuela vendió más de dos tercios de su producción a precios congelados», reiteró el sábado la empresa.
«Clorox Venezuela vendió sus productos a pérdida, lo que ha generado pérdidas operativas», agregó.
El vicepresidente ejecutivo de la República, Jorge Arreaza, visitó la planta de los Valles de Tuy el viernes y dijo que las instalaciones serían reactivadas. Sin embargo, no ofreció detalles de los planes.
Fuente: El Nacional