La gestión económica abre una brecha en el chavismo - 800Noticias
800Noticias
Economía

La carta del ortodoxo exministro de Planificación Jorge Giordani en la que pone en tela de juicio el liderazgo de Nicolás Maduro, critica el manejo de los recursos públicos, el rumbo del proceso revolucionario y cuestiona la posibilidad de la continuidad del ‘Socialismo del siglo XXI’ impulsado por el presidente Hugo Chávez, refleja las diferencias respecto al manejo de la economía entre el chavismo, que para algunos analistas es «un cataclismo» de consecuencias aún imprevisibles. Invocando unidad, el gubernamental Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ya ha salido en defensa del sucesor elegido por el fallecido mandatario.

Giordani, un cercano asesor de Chávez e ideólogo de los controles económicos aplicados desde 2003, no tuvo pelos en la lengua. «Resulta doloroso y alarmante ver una presidencia que no transmite liderazgo y que parece querer afirmarlo en la repetición, sin la debida coherencia, de los planteamientos como los formulaba el comandante Chávez, y en el otorgamiento de recursos masivos a todos quienes lo solicitan sin un programa fiscal encuadrado en una planificación socialista que dé consistencia», dijo.

 

El hombre que durante 15 años fue uno de los zares de la economía venezolana admite que para la reelección de Hugo Chávez, ya muy enfermo, el 7 de octubre de 2012 -que ganó pero no pudo jurar el cargo- se «llevó el acceso y uso de los recursos a niveles extremos» y denunció que al líder bolivariano lo tuvieron aislado durante su enfermedad. Para Giornadi, el elevado gasto público, el coste de las subvenciones, el tipo de cambio, el aumento de las importaciones, los números rojos en las empresas públicas y el endeudamiento de PDVSA fueron el detonante que propició la escasez de divisas y alimentos, la inflación y la recesión. El ahora exministro del ala radical propuso recortar gastos y pidió presidir el Cadivi, el ente regulador del cambio, para manejar la asignación de dólares.

 

Nicolás Maduro no le hizo caso. En cambio, confió en el ya todopoderoso vicepresidente para el área Económica, Rafael Ramírez, para dar un nuevo rumbo al sector que incluye un reciente viaje para captar inversores extranjeros. La medida ha horrorizado a Giordani, a quien los expertos acusan de casi aniquilar la empresa privada y que puso el grito en el cielo cuando vio al actual presidente dialogar con la patronal, opositora de cuna. Al conocer la carta en cuestión, el mandatario calificó a su exministro de contrarrevolucionario -lo acusó de «traición»-, dijo que no entiende nada y que sufre un «gran ego pequeño burgués».

Síguenos por @800noticias