Brasil asegura que los turistas del Mundial no tienen nada que temer - 800Noticias
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RÍO DE JANEIRO, (AFP) – Brasil aseguró el miércoles que los hinchas que vayan al Mundial no tienen nada que temer a pesar de la ola de huelgas y protestas que sacude el país, mientras la FIFA alerta de una «carrera contrarreloj» para llegar a tiempo al torneo.

A 15 días del inicio de la Copa del Mundo, el gobierno minimizó las manifestaciones contra el gasto público invertido en el torneo, incluida una protesta de indígenas el martes en Brasilia en la cual un manifestante disparó su flecha contra el muslo de un policía.

La policía disparó gases lacrimógenos contra cerca de un millar de indígenas -muchos con pinturas tradicionales en el rostro y cuerpo, y munidos de armas y flechas- e integrantes de movimientos sociales antiCopa. La marcha culminó frente al estadio mundialista de Brasilia, donde se exhibe el torneo del Mundial que hace un tour por el país.

«Esto muestra que la policía está presente para garantizar el Estado de Derecho, la libertad de manifestarse, y prevenir abusos», dijo el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, citado por el portal de noticias G1.

El hecho de que la policía contuvo la protesta significa que «los extranjeros deben sentirse seguros aquí», añadió.

El gobierno «no tiene indicios de huelgas masivas» durante la Copa, que comienza el 12 de junio, aseguró por su lado el secretario ejecutivo del ministerio de Deportes, Luis Fernandes, en una teleconferencia.

«Tenemos planes de contingencia» si hubiese gigantescas huelgas de transporte, aseguró.

El jerarca señaló que las manifestaciones son una faceta natural de la democracia y que grupos de presión de todos los sectores aprovechan «la oportunidad para hacer oír sus demandas ante una audiencia global» en este año electoral.

La seguridad no es la única cosa que puede preocupar a hinchas o a la FIFA. El secretario general de la organización, Jerome Valcke, sorprendió al criticar el miércoles las obras en el estadio mundialista de Natal (noreste), inaugurado en enero.

«Tenemos una carrera contrarreloj, mucho que hacer aún para los fanáticos y la prensa», escribió Valcke en Twitter, junto a una foto de áreas de la tribuna provisoria sin sillas instaladas. Las obras en otros cuatro estadios -de un total de 12- aún no han sido terminadas.

Una huelga de conductores de autobús en reclamo de mejores salarios afectó el miércoles la circulación en cuatro ciudades de Brasil.

En Salvador de Bahia (noreste), una de las 12 ciudades sede de la Copa, vehículos de la policía militar debieron escoltar a los pocos autobuses que circulaban por las calles en el tercer día de huelga. Finalmente, un acuerdo sobre un alza de sueldos de 9% puso fin a la paralización en la tarde. También hay huelgas de autobuses en Sao Luiz de Maranhao (noreste) y Florianópolis (sur).

En Rio de Janeiro, una pequeña protesta de profesores en huelga frente a la alcaldía fue dispersada con gas pimienta por la policía. Una huelga de autobuses fue decretada también en Rio por tercera vez en el mes, pero el 80% de la flota de autobuses circula con normalidad, según el gobierno local.

Conductores de autobuses, profesores de la red de enseñanza pública, agentes de seguridad bancarios y trabajadores de la salud están en huelga en varios municipios y estados de Brasil.

Convocados por las redes sociales y sin banderas políticas, más de un millón de brasileños salieron espontáneamente a las calles en junio pasado, durante la Copa Confederaciones, a pedir más dinero para la salud, la educación y el transporte y menos para el Mundial-2014. Las protestas continuaron durante meses, pero han perdido intensidad.

Pero las manifestaciones actuales son muy diferentes a las de junio de 2013, dijo a la AFP José Augusto Rodrigues, sociólogo de la Universidad del estado de Rio (UERJ).

Hace casi un año, explicó, las manifestaciones eran convocadas por las redes sociales e incluso había hostilidad hacia los partidos políticos. «Hoy son los sindicatos los que se manifiestan, mientras los ‘amateurs’ han desaparecido», subrayó.

Lo que encendió la llama de las protestas de junio pasado fue la brutalidad policial contra los manifestantes que exigían la gratuidad del transporte público en Sao Paulo, un movimiento que luego catalizó la insatisfacción general contra el inmenso gasto público en el Mundial, estimado en 11.000 millones de dólares.

Pero hoy «los manifestantes antiCopa son muy poco numerosos, quienes manifiestan son los grupos organizados», sostuvo Rodrigues.