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Un policía de EEUU dispara a un niño de 10 años con una pistola ‘taser’ por negarse a limpiarle el coche patrulla

Ryan D. sólo tiene 10 años, pero el pasado 4 de mayo aprendió una dolorosa lección que no olvidará el resto de si vida: algunos policías estadounidenses no aceptan un ‘No’ por respuesta. “Esto es lo que les sucede a los que no escuchan a la Policía” es lo último que este joven alumno del la Escuela Primaria Tularosa (Nuevo México, EEUU) escuchó antes de que el oficial Christopher Webb le disparase una descarga de 50.000 voltios en el pecho con su pistola eléctrica ‘taser’.

Al parecer, el agente no encajó demasiado bien que el menor no respetase su autoridad y que, con un gesto de burla, se negase a participar en la limpieza de su coche, como sí hicieron otros niños, en el marco del conocido como el ‘Día de las profesiones’, una jornada en la que distintos profesionales visitan los colegios locales para explicarles a los alumnos en qué consiste su actividad laboral.

Tras la descarga, el pequeño Ryan quedó inmóvil en el suelo, desmayado. Sin embargo, no conforme con el castigo, “en lugar de llamar a personal médico de emergencias, el oficial Webb sacó las púas –unos pequeños ganchos que se adhieren a la piel y a través de los pasa la electricidad– y se llevó al niño, inconsciente, a la oficina del director de la escuela” para que le impusiera una sanción, según recoge la denuncia presentada por los tutores legales del menor.

Una foto del pecho de la víctima, divulgada el pasado sábado por el abogado el abogado del menor, Shannon Kennedy, muestra los moretones que provocaron las púas del ‘taser’, que atravesaron la camiseta que llevaba Ryan y le dejaron unas cicatrices similares a las que dejan las quemaduras de cigarrillos.

Un accidente

El agente, que se encuentra suspendido desde el incidente, se enfrenta a cargos por uso abuso de autoridad, agresión a un menor y omisión del deber de socorro en un juicio que se ha iniciado esta semana en la corte del distrito de Santa Fe, capital del estado.   

Su versión de los hechos es muy distinta a la del menor. Según explica Webb en una carta a sus superiores a la que ha tenido acceso la web estadounidense ‘The Smoking Gun’, el agente explica que sacó su pistola eléctrica “a petición de los niños” y que “se disparó accidentalmente” hiriendo a Ryan.

En su relato, Christopher Webb afirma que trasladó al menor al interior del centro, le ayudó a limpiarse y le trasladó a la enfermería para que le hicieran una revisión. Además, asegura que habló con la madre del pequeño y, según asegura, “me dijo que no estaba enfadada por lo sucedido”.

Casi tan mortal como una pistola

Las pistolas ‘taser’ son armas de electrochoque que se utilizan para paralizar a una persona o animal mediante descargas eléctricas que imitan las señales nerviosas y confunden a los músculos motores, principalmente brazos y piernas, inmovilizando al objetivo temporalmente.

Las fuerzas policiales de EEUU las utilizan legalmente desde 2001, acumulando enormes críticas por su uso desproporcionado en situaciones sin riesgo, como la sucedida en la Escuela Primaria Tularosa.

Además, Amnistía Internacional ha denunciado que al menos 500 personas han fallecido en la última década en Estados Unidos tras recibir descargas de armas ‘taser’ durante su detención o mientras estaban en prisión.

Fuente:lainformacion.com

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