Nuevas protestas de partidarios de Mursi en Egipto
EL CAIRO (AFP) – Miles de partidarios del presidente islamista derrocado Mohamed Mursi participaron en nuevas protestas en Egipto este viernes a pesar de las amenazas de una inminente dispersión por la fuerza en las dos plazas que ocupan desde hace más de un mes en El Cairo.
Tras la oración del viernes, los manifestantes marcharon desde el centro de la capital egipcia hacia la plaza Rabaa al Adawiya, en donde partidarios de Mursi se han atrincherado hace más de un mes, observaron periodistas de la AFP.
Miles de manifestantes salieron también a las calles en otras ciudades del país, principalmente en Alejandría (norte) y Asiut (centro).
En Fayum (al sur de El Cairo), partidarios de Mursi se enfrentaron a policías, los que lanzaron gases lacrimógenos para dispersarlos, según fuentes de seguridad.
En los diez últimos días, la crisis política se ha agravado con el fracaso de los numerosos intentos de mediación internacional y el anuncio del gobierno interino, instaurado por el ejército, de que las protestas de los partidarios de Mursi serán dispersadas por la fuerza tras el fin del ramadán, que terminó el jueves.
La comunidad internacional teme una masacre. En un mes, más de 250 personas han muerto -esencialmente partidarios de Mursi- en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad o con los detractores del presidente derrocado.
En las plazas Rabaa al Adawiya y Nahda de El Cairo, los manifestantes se han atrincherado con numerosos niños y mujeres.
Durante las celebraciones del Eid al Fitr, la fiesta que marca el fin del ramadán y que se celebra hasta el domingo, el número de manifestantes aumentó en Rabaa, donde abundan atracciones y espectáculos destinados a innumerables niños vestidos de fiesta.
El ejército destituyó y arrestó a Mursi, primer presidente egipcio elegido democráticamente, el 3 de julio, en respuesta, según los militares, a las expectativas de millones de manifestantes que pedían su retirada.
Los detractores de Mursi le reprochan haber copado todo el poder en favor de su movimiento, los Hermanos Musulmanes, y de haber acabado de arruinar una economía que ya tenía muchas dificultades.
El golpe de Estado del 3 de julio fue anunciado por el ministro de Defensa y jefe del ejército, el general Abdel Fatah al Sisi, considerado desde entonces como el hombre fuerte del país. Los militares nombraron a un presidente y a un gobierno interino que se encargarán de organizar las elecciones para principios de 2014.
El jueves por la noche, el primer ministro interino Hazem el Beblawi reiteró la amenaza de una intervención de las fuerzas de seguridad para dispersar las dos grandes sentadas en las plazas de El Cairo.
Barricadas de ladrillos y de bolsas de arena
«La situación se está acercando al momento que nosotros preferiríamos evitar», advirtió el primer ministro en un comunicado, y añadió que «los gobiernos quieren dar a los manifestantes, en particular a los razonables, una oportunidad de reconciliación y la oportunidad de buscar el camino de la razón».
Los observadores creen que el gobierno -que cuenta con el apoyo de una gran parte de la población y de casi la totalidad de los medios- inicie la evacuación de las plazas de El Cairo el domingo, cuando terminen los cuatro días festivos del Eid al Fitr.
En la plaza Rabaa, tanto los jóvenes como los mayores afirman que no se moverán aunque la policía trate de dispersarlos. Es imposible verificar, entre las innumerables tiendas de campaña y tenderetes que cubren la amplia avenida que lleva a la mezquita Rabaa al Adawiya, las acusaciones del gobierno de que los manifestantes tienen armas automáticas.
Las únicas señales visibles de una posible resistencia son las barricadas de ladrillos y de bolsas de arena que bloquean los principales accesos a las plazas Rabaa y Nahda, así como los palos y otras barras de hierro con las que están equipados los miembros improvisados de seguridad, vestidos con chalecos naranja.
El gobierno acusa a los manifestantes de ser «terroristas» y de usar a los niños como «escudos humanos».
Los islamistas por su parte siguen denunciando el golpe de Estado contra Mursi y manifiestan contra lo que denominan como un «Estado policial» que arrestó a varios de sus dirigentes, entre ellos Mursi, que sigue detenido en un lugar secreto.
Los manifestantes «seguirán con su lucha pacífica hasta que el país regrese al camino de la democracia y ponga un fin al golpe de Estado», prometieron los Hermanos Musulmanes y sus aliados.
Estados Unidos y la Unión Europea llamaron de nuevo el miércoles a los egipcios a hacer compromisos para salir del bloqueo y este viernes el Guía Supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, consideró que «la posibilidad de una guerra civil se refuerza a diario» en el país.