Mexicanos llevan a Acapulco sus fuertes protestas por estudiantes desaparecidos
ACAPULCO, (AFP) – Maestros, estudiantes y miembros de organizaciones sociales mexicanas marcharán este viernes por el turístico balneario de Acapulco (sur), motor económico de la convulsa región de Guerrero, en el marco de una campaña de protestas para exigir la aparición con vida de 43 estudiantes desaparecidos.
Centenares de personas, muchas con el rostro cubierto con pasamontañas y pañuelos, ya empezaban a concentrarse en la mañana del viernes en este legendario centro turístico de 790.000 habitantes.
«Lo que tenemos es rabia sobre el gobierno. Ya van para cumplir un mes y no hemos visto una sola luz que salga, son unos hipócritas», dijo machete en mano a la AFP un campesino de la localidad de Cuautepec (Guerrero).
El ayuntamiento de Acapulco, la ciudad más importante de Guerrero, espera recibir al menos 35.000 manifestantes que marcharán por su zona hotelera.
La embajada de Estados Unidos en México recomendó a los turistas estadounidenses abstenerse de participar en las marchas en Acapulco. Aunque «intentan ser pacíficas podrían tornarse en confrontaciones y en una escalada de violencia», advirtió la representación diplomática en un comunicado.
Los 43 estudiantes de Magisterio de una escuela rural de Ayotzinapa (Guerrero) están desaparecidos desde que fueron atacados a tiros por policías de la ciudad de Iguala (sur) y sicarios del cártel Guerreros Unidos la noche del 26 de septiembre, un crimen que escandalizó a México y al mundo y exhibió de nuevo la connivencia entre el narcotráfico y autoridades.
La protesta es parte de una estrategia de los enfurecidos compañeros de los desaparecidos y los maestros de la corriente radical CETEG para presionar al gobierno a que dé resultados en su búsqueda de los jóvenes, que se prolonga ya por tres semanas.
Estudiantes y docentes, junto a medio centenar de otras organizaciones de izquierda, han anunciado que tomarán en los próximos días el control de los 81 ayuntamientos de Guerrero, entre otras acciones.
El jueves iniciaron las tomas pero sólo se apropiaron de tres alcaldías, que se suman a la de Chilpancingo, capital de Guerrero, que fue allanada el lunes durante unos fuertes disturbios en los que manifestantes quemaron parcialmente la sede del gobierno regional.
En medio de crecientes reclamos para que dimita, el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, pidió «civilidad» a la marcha de Acapulco para no afectar a la principal actividad económica de la región.
La alcaldía de este puerto sobre el océano Pacífico suspendió labores el viernes y puso en resguardo las oficinas estratégicas.
– Alcalde revocado –
Además del millar de policías que sigue buscando a los jóvenes por tierra, agua y aire, fuerzas federales tratan de capturar a los sospechosos de haber ordenado este crimen, que generó reclamos de organismos como la ONU y de Estados Unidos.
En el marco de esta investigación, la tarde del jueves fue desplegado un operativo de policías federales y militares en los alrededores de la montañosa Amacuzac, en los límites de la región de Morelos (centro) con Guerrero, dijo a la AFP una fuente de la Comisión Nacional de Seguridad, que no ha reportado resultados de la acción.
Medios mexicanos apuntaron que el objetivo era la captura de José Luis Abarca, quien era alcalde de Iguala cuando ocurrieron las desapariciones, y de su esposa, hermana de tres narcotraficantes. Ambos son buscados para que respondan por este hecho ante los vínculos que tienen con el crimen organizado.
La madrugada del viernes, el Congreso de Guerrero revocó el mandato como alcalde de Abarca, a quien la fiscalía regional culpa de no actuar esa noche para detener los ataques de sus policías a los estudiantes.
Sin embargo, para los padres y familiares de los jóvenes desaparecidos esta revocación es insuficiente para aminorar sus protestas, dijo el viernes a la AFP Manuel Martínez, vocero de los familiares de los 43 estudiantes.
«Queremos a los 43 jóvenes desaparecidos y que se haga justicia» por las seis personas que murieron en los ataques, subrayó Martínez.
Guerrero, una de las entidades más pobres y con mayor violencia de México, vive un estado de frágil gobernabilidad con la exigencia por parte de los estudiantes para que renuncie el gobernador Aguirre, blanco de críticas por no haber enfrentado al crimen organizado de su región.
Aguirre, que se niega a dimitir, anunció el jueves en la noche la destitución de Lázaro Mazón, secretario de Salud de Guerrero y mentor político del alcalde, quien fue llamado a declarar por la fiscalía federal.
La fiscalía ha detenido a casi 50 personas -incluidos 40 policías- pero admite que no tiene a los autores intelectuales del crimen ni puede determinar sus motivos.