Liberado el primer ministro libio tras ocho horas de secuestro
Con su intervención en Trípoli, el sábado, Estados Unidos ha capturado a un presunto terrorista de Al Qaeda, pero ha contribuido a desestabilizar un poco más a Libia, el país que lo acogía.
El represalia por la supuesta connivencia del Gobierno de Libia con las fuerzas especiales norteamericanas que apresaron a Abu Anas al Libi, de 49 años, acusado de organizar en 1998 los atentados contras las embajadas de EE UU en Kenia y Tanzania, una milicia libia secuestró hoy durante unas ocho horas al primer ministro Ali Zeidan.
Sobre las 3.30 varios hombres armados se paisano de presentaron en el hotel Corinthia de Trípoli, donde pernoctaba, y se le llevaron. La Célula de los revolucionarios de Libia reivindicó después la operación en su página de Facebook intentando darle una apariencia de legalidad.
Como casi todas las que actúan en Trípoli la milicia es, en teoría, legal al Gobierno y está incluso adscrita al departamento de la lucha contra el crimen del Ministerio del Interior. En Facebook aseguró haber actuado por orden de la fiscalía y en virtud del código penal libio. Zeidan que “estaba informado de la operación” estadounidense habría puesto en peligro la seguridad nacional. El ministerio público desmintió haberle dado ninguna instrucción.
La milicia, que afirmó “tratar bien” a su rehén, aludía en su comunicado a las declaraciones del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, señalando que el Gobierno libio estaba “al corriente” de la operación para capturar a Al Libi y trasladarle después a un barco de la VI flota en el Mediterráneo donde estaría siendo interrogado.
No es esa la impresión que quiso dar Trípoli. El ministro de Justicia libio, Salah al Marghani, convocó a la embajadora de EE UU, Deborah Jones, para expresarle su malestar. El Congreso Nacional (Parlamento) pidió además la devolución de Al Libi a su país, a Libia.
El Gobierno libio reconoció hoy en un comunicado que Zeidan había sido trasladado “a un lugar desconocido y por motivos desconocidos” y celebró une reunión de urgencia presidida por el vice primer ministro, Sadik Abdulkarim. Varios ministros no acudieron a la cita porque no les dio tiempo o porque prefirieron refugiarse en lugares seguros para no ser también secuestrados, según fuentes diplomáticas.
En paralelo a esa reunión gubernamental, el presidente del Congreso, Nuri Abu Sahmain, negoció con la milicia que había secuestrado al jefe del Ejecutivo y obtuvo su puesta en libertad a mediodía. Así lo anunció el portavoz del Gobierno, Mohamed Kaabar, aunque se sus palabras a la agencia oficial Lana no queda claro si fue liberado por sus secuestradores o si una operación militar les obligó a soltarlo.
Otros grupos más radicales anunciaron a principios de semana su intención de golpear a ciudadanos e intereses estadounidenses para “vengar” la captura de Al Libi.
El Gobierno central libio no logra asentar su autoridad sobre gran parte del país, pero en Trípoli contaba para ejercerla con una serie de grupos armados y milicias que lucharon contra el régimen de Moamar el Gadafi y ahora habían prometido lealtad al primer ministro Zeidan.