Israel se prepara para destruir los misiles sirios
Israel se prepara para destruir los misiles sirios
Las consecuencias aún son imprevisibles, pero la maquinaria ya está en marcha. Ayer, Bachar al Asad anunció a través de la televisión libanesa Al Manar, altavoz de Hizbulá, que Siria ya ha recibido de Rusia el primer envío de misiles antiaéreos S-300, unas declaraciones que desataron una cascada de reacciones, entre ellas, las de Israel, firme opositor a este suministro.
Consciente de la fuerte oposición del Gobierno de Netanyahu al envio de los misiles y, tras confirmar que «el resto llegará pronto», el presidente sirio advirtió de que su país respondería ante cualquier ataque israelí. Además, agregó que el régimen «no interferirá» frente a los intentos de «liberar los altos del Golán», conquistados por Israel en 1967. «Existe una presión popular clara, incluso en el mundo árabe, para abrir el frente del Golán», dijo el mandatario sirio. Asimismo, se reafirmó en que no renunciará a sus poderes, como exige la oposición, y que si el pueblo lo desea, se presentará a la reelección en 2014. Para presionar aún más a la comunidad internacional de cara a la Conferencia de Ginebra patrocinada por Estados Unidos y Rusia, Asad no dudó en afirmar que prevé que la cita «tiene una gran probabilidad de fracasar».
Aunque los expertos estiman que ni Israel ni Siria tienen un interés real en librar un enfrentamiento, en las últimas semanas se ha agudizado el debate sobre cómo actuaría el país hebreo si se concretara la venta de los misiles rusos. Más aún cuando desde Israel se advirtió de que no podrían quedarse de brazos cruzados si los S-300, uno de los más avanzados sistemas antiaéreos del mundo, llegara a manos de Siria. Recientemente, el asesor de Seguridad Nacional del Gobierno israelí, el general Yaakov Amidror, confirmó, en una reunión con los embajadores de la Unión Europea, que Israel tendría que impedir que los misiles en cuestión, si llegaran a Siria, fueran operativos. Según la prensa hebrea, en dicho encuentro, Amidror combinó la firme oposición de su país a la amenaza siria con una serie de matices que daban a entender que no estaríamos ante una guerra inminente.
El asesor de Seguridad Nacional hebreo aclaró que tanto Israel como Estados Unidos continuarán recurriendo a la diplomacia para evitar una escalada bélica. En este contexto, se trataría de convencer a Rusia de que frene el envío del resto de las piezas clave del sistema de los S-300 para que no estén operativos. Otra opción es neutralizar su utilidad a través de una guerra electrónica, a la que Israel ya ha recurrido en otras ocasiones.
Por su parte, el ex general Amram Mitzna, ahora diputado de la coalición de Gobierno de Benjamin Netanyahu, estimó que no siente «que estemos al borde de una guerra» y que «hay que hacer lo que sea para no llegar a ese extremo».
El ministro de Defensa, Moshe Yaalon, ya dejó claro que los misiles rusos son «una amenaza» y que, si «son entregados, sabremos qué hacer», mientras que el responsable de Asuntos Estratégicos e Inteligencia, Yuval Steinitz, que calificó el abastecimiento de «inmoral», se reunió con el embajador ruso en Israel, Sergei Yakovlev, en lo que cabe suponer fue un nuevo intento de frenar los envíos a Damasco. Ya en 2010, Israel convenció a Rusia de no concretar la venta a Siria, pero desde entonces Moscú perdió más influencia en Oriente Medio y Siria es hoy su último bastión, a través del cual tiene garantizada su presencia militar en el Mediterráneo.
Activación inmediata
«Los S-300 supondrían la cima del rearme sirio por parte de Rusia», aseguró a la agencia Reuters el coronel Tzvika Haimovich, miembro de la defensa antiaérea en la Fuerza Aérea de Israel. «Aunque moleste a nuestros operativos, somos capaces de sobreponernos», añadió para rescatar el controvertido tema de las «líneas rojas», en referencia a que Israel no se vería obligado a actuar contra los misiles en cuestión si no son transferidos a Hizbulá en Líbano o a Irán o, incluso, si no llegan a manos de rebeldes yihadstas.
La llegada de los S-300 anunciada por Asad no implica su activación inmediata. Según los expertos, esto precisa varios meses de intenso entrenamiento para su uso, incluso años para que estén totalmente operativos. De igual modo, aclaran que el régimen podría haber solicitado el armamento para alejar la posibilidad de que se establezca una zona de exclusión aéreas dentro del país.
Información La Razón