Incendio de avión en Bolivia: sin agua, vecinos golpeaban con ramas el fuego - 800Noticias
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LA PAZ, (AFP) – Sin bomberos ni equipos de auxilio, vecinos de Riberalta, en noreste de Bolivia, actuaron como rescatistas y golpearon con ramas el fuego que consumía el avión y la vida de sus tripulantes, relataron este martes sobrevivientes y testigos de la tragedia que dejó ocho muertos el domingo.

«¡Ayuda, ayuda!», «¡Apaga el fuego, apaga el fuego!», se escucha gritar a una persona en uno de los videos grabados por lugareños, mientras otra instruye a gritos «¡Con ramas, con ramas» y varias llegan con ramas de árboles y golpean el fuego que se extendía por las alas de la aeronave.

EL domingo por la tarde, el avión Fairchild de la empresa privada Aerocon se prendió fuego tras aterrizar en el poblado de Riberalta, de unos 100.000 habitantes, en un aeropuerto doméstico que no contaba con servicios de emergencia.

La asistencia que brindaron los pobladores fue caótica y desesperada, aunque clave para salvar a muchos de los 10 heridos que fueron trasladados a hospitales, según imágenes difundidas por los canales locales de televisión este martes.

«Si hubiéramos tenido un carro bombero no hubiera habido muertos», relató el médico Luis Alberto Suárez, uno de los sobrevivientes, al diario El Deber.

«Sólo había fuego en el ala (cuando ocurrió el accidente) y humo donde estábamos nosotros. Entonces hubo tiempo suficiente para que se apagara el fuego y lograran sacar a la gente», consideró.

Ante el temor de que las llamas llegaran a los tanques de combustible, los esfuerzos para apagar el incendio se centraron sobre las alas, relataron testigos.

La situación era caótica: los pasajeros tratando de salir del avión y los vecinos haciendo esfuerzos por auxiliarlos aunque temerosos de que se produjera una explosión de magnitud.

«La puerta de emergencia que está sobre el ala no se podía abrir, hasta que alguien logró abrirla y por ahí salieron cuatro», comentó el médico Suárez.

«Con otro logramos abrir una ventana y por ahí salió una persona y después yo, pero la ventana era estrecha y cuando saqué la cabeza se me estaban quemando las piernas», dijo.

«Se acercó un ángel caído del cielo y empezó a jalarme, pero me atoré hasta la cintura, le dije que me sacaran el pantalón, pero logré pasar con la ropa. En ese momento pensé en Dios y en mi familia. La fuerza nos la da Dios y nos manda ángeles a que nos ayuden», relató.

Oscar Takata, un estudiante boliviano que viajó desde Japón después de 12 años a visitar a su madre, comentó que antes de aterrizar vieron humo en uno de los motores, en medio de un fuerte temporal, y que tras tocar tierra escuchó los gritos de otros pasajeros.

Relató que «el fuego alcanzó a una niña. La niña gritaba». Posteriormente falleció.

«Un señor que estaba delante mío quedó apretado por un objeto y su cinturón (de seguridad) lo había trancado, la gente estaba en pánico», relató Takata al canal de televisión Red Uno.

Temporal y problemas en un motor

La nave había partido una hora antes de la ciudad de Trinidad, capital del departamento amazónico de Beni, y se encontró con varias dificultades: fuertes temporales y un motor turbohélice que en el aire mostró signos de tener fallos, según reportes posteriores de autoridades.

El avión se salió de pista, una de las alas chocó contra la tierra y el aparato terminó incrustado contra unos pastizales donde volcó y se incendió.

Los pasajeros golpeados y magullados intentaron salir, pero no todos tuvieron la misma suerte. Unos estaban aprisionados o lejos de la puerta, aunque se cree que todos estaban vivos inmediatamente después de ocurrir el siniestro.

La tragedia en la amazónica Riberalta, cerca de la frontera con Brasil, pudo haber sido distinta con un sistema de emergencia y un carro bombero en el aeropuerto, según las primeras investigaciones.

El director del ente estatal de servicios aeroportuarios AASANA, Félix Tapia, señaló al respecto que en Bolivia «hay 26 aeropuertos que no tienen camiones contra incendios».

«De los aeropuertos en que nosotros operamos, dos tienen ese problema: Riberalta y (la vecina) Guayaramerín (en la misma frontera con Brasil), que operan en condiciones mínimas», dijo a la AFP el vocero de la empresa Aerocon, Nelson Kinn.

El gobernador del departamento de Beni, Carmelo Lens, dijo que se salvó por milagro del accidente. Contó que debía tomar el avión en la ciudad de Trinidad, la capital del departamento, pero optó por volar horas antes, en la misma ruta y con la misma empresa aérea.

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