Ejército egipcio llama a manifestarse contra «terrorismo» - 800Noticias
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EL CAIRO (AFP) – El jefe del ejército egipcio, el general Abdel Fatah Al Sisi, llamó el miércoles a los ciudadanos a salir a la calle a apoyar una intervención «contra el terrorismo», en declaraciones calificadas por los partidarios del derrocado presidente Mohamed Mursi de un «llamado a la guerra civil».

«Insto a todos los egipcios honrados a salir a la calle el viernes para otorgarme un mandato para terminar con la violencia y el terrorismo», declaró Sisi durante un discurso en una ceremonia militar retransmitido por televisión.

Un portavoz del presidente interino Adly Mansur, Amed al Maslamani, declaró luego que Egipto «inició una guerra contra el terrorismo».

Sisi, quien dirigió el pasado 3 de julio un golpe militar contra Mursi tras una serie de multitudinarias manifestaciones contra el entonces mandatario, afirmó que había advertido a este último de que debería renunciar a su cargo o llevar a cabo un referéndum.

«Veo que algunos quieren arrastrar el país hacia un túnel sombrío», añadió, en alusión a los disturbios que sacuden el país desde hace casi un mes.

Y reiteró que el ejército se había limitado a cumplir la voluntad del pueblo destituyendo a Mursi, al que se refirió como el «expresidente», sin citar su nombre.

Los Hermanos Musulmanes, movimiento de Mursi, que milita para que éste último regrese al poder, condenaron «un llamado explicito a la guerra civil» y convocaron manifestaciones el viernes «contra el golpe de Estado».

«Las amenazas de Sisi, jefe del golpe de Estado militar sangriento, son una declaración de guerra civil», declararon, y compararon su discurso al del presidente sirio, Bashar al Asad, «quien lanzó su guerra contra el pueblo sirio pidiendo un mandato similar».

El grupo Tamarod («rebelión»), que estuvo en el origen de las manifestaciones contra el presidente islamista, expresó su apoyo incondicional al general Sisi y llamó «al pueblo a congregarse en las plazas de Egipto el viernes para reclamar oficialmente que se juzgue a Mohamed Mursi y en muestra de apoyo a las fuerzas armadas egipcias en su guerra contra el terrorismo».

Estados Unidos manifestó su preocupación ante el llamado del general Sisi, temiendo que este conlleve a nuevas violencias en la región. Poco antes, las autoridades estadounidenses anunciaron que no seguirán adelante con los planes para suministrar a Egipto otros cuatro cazas de combate F-16.

En el terreno, dos soldados murieron el miércoles en un ataque en el norte del Sinaí, fronterizo con Israel y la Franja de Gaza.

Otras tres personas murieron en esta región al explotar su coche bomba antes de llegar a su blanco, anunciaron fuentes de seguridad.

Unos 30 soldados, policías y civiles han muerto en esta región desde el derrocamiento de Mursi, lo que muestra un fuerte incremento de la violencia en la península.

El ejército egipcio, que intensificó su presencia y sus operaciones en el Sinaí, registró una decena de yihadistas muertos.

Los problemas en el Sinaí se agregan a las tensiones políticas, que causaron unos 170 muertos en el resto del país desde el fin de junio.

Horas antes, un policía murió y 28 personas resultaron heridas al estallar un artefacto explosivo en la gobernación de Dahqaliya, en el delta del Nilo (norte de Egipto), según los servicios de salud.

En el plano diplomático, Catar, principal apoyo de los Hermanos Musulmanes en Egipto, se declaró «sorprendido por la permanencia en detención del presidente electo Mohamed Mursi, con los riesgos que eso conlleva para la gloriosa revolución del 25 de enero» de 2011, que derrocó al régimen de Hosni Mubarak.

La solución a la crisis en Egipto pasa por «una solución política, basada en el diálogo en el marco de la unidad nacional. Esto no puede hacerse en ausencia de una de las partes y la permanencia en detención de sus dirigentes», añadió, refiriéndose a los líderes de los Hermanos Musulmanes, detenidos tras el derrocamiento de Mursi.

Los partidarios de Mursi, destituido el 3 de julio por el ejército, reclaman su vuelta al poder insistiendo en que es el primer presidente egipcio elegido democráticamente.

Sus adversarios estiman que se había desacreditado él mismo con su gestión en provecho de los Hermanos Musulmanes y que las manifestaciones multitudinarias de junio para reclamar su dimisión ponían de manifiesto su pérdida de legitimidad.

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