Bo Xilai, la caída de la estrella del régimen comunista chino
Bo Xilai, exministro de Comercio chino y otrora estrella del régimen comunista, fue condenado este domingo a cadena perpetua, el último paso en su caída en desgracia.
Aspirante a las más altas funciones, Bo hizo una última aparición pública en un tribunal en el este de China, esposado y rodeado por dos policías.
Una última humillación infligida a este hombre de 64 años, condenado a pasar el resto de sus días en un establecimiento penitenciario reservado a la élite del Partido caída en desgracia.
Exmiembro del poderoso Comité Permanente del Partido Comunista Chino y exjefe del partido en la gigantesca metrópolis de Chongqing (suroeste), Bo Xilai fue declarado culpable de «malversación de fondos, corrupción y abuso de poder».
«La corte pronuncia una pena de cadena perpetua con privación permanente de derechos políticos», indica el enunciado de la sentencia difundida por Sina Weibo, el Twitter chino.
«Serán confiscados todos sus bienes», añadió el tribunal.
Este veredicto particularmente severo pone punto final a la carrera del responsable político más alto que ha comparecido ante la justicia desde la condena en 1998 del exalcalde de Pekín Chen Xitong y, en 2008, del exregidor de Shanghai Chen Liangyu, ambos por corrupción.
La carrera política de este carismático sexagenario terminó brutalmente a principios de 2012, cuando el jefe de policía Wang Lijun, su entonces brazo derecho, se refugió en un consulado estadounidense y reveló un crimen y otros actos delictivos cometidos en Chongqing (suroeste), la metrópolis que a la sazón dirigía Bo.
La brutal caída en desgracia el año pasado de este carismático sexagenario, destinado a las más altas funciones en el equipo dirigente de la segunda potencia mundial, tuvo el efecto de una onda expansiva en el aparato comunista y en el país.
Nacido en julio de 1949, tres meses antes de la instauración de la República Popular China, su padre fue Bo Yibo, un destacado revolucionario en la guerra civil contra los nacionalistas del Kuomintang y la invasión japonesa.
El exministro y el resto de su familia fueron encarcelados por las ideas del padre. Su madre murió debido a una paliza durante aquellos años.
Bo se unió oficialmente al Partido Comunista en octubre de 1980, durante sus años de estudios en la Academia de Ciencias Sociales, donde se graduó en periodismo.
Exdirigente de las metrópolis de Dalian (nordeste) y Chongqing (suroeste), Bo tomó las riendas del ministerio de Comercio en 2004, donde se forjó una reputación de negociador firme pero moderno, hablando bien en inglés.
Con el excelente desempeño de las exportaciones chinas, Bo fue ascendido en 2007 a la Oficina Política del Partido Comunista.
Pero fue en Chongqing donde se convirtió en secretario del partido. En unos pocos años, el que comenzó a ser conocido como el «Kennedy chino», logró convertir esta ciudad en un importante centro económico.
Este avance económico estuvo acompañado de una cruzada contra la corrupción con miles de arrestos y juicios «antimafia», una operación fuertemente criticada por defensores de los derechos humanos.
El influyente Bo trató también de revivir en Chongqing el ideal revolucionario de Mao, poniendo en marcha una campaña de propaganda de rehabilitación de los valores maoístas más «retros».
Para el experto Patrick Chovanec, Bo Xilai «irritó» con su estilo atípico, «muy abierto». «La mayoría de líderes chinos no se comportan así», sostiene Chovanec.