11 de septiembre: el día en que las calles de Chile se vacían - 800Noticias
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SANTIAGO, (AFP) – No es festivo ni hay toque de queda pero cada 11 de septiembre, fecha que conmemora el golpe de Estado de Augusto Pinochet, en 1973, las calles, escuelas y comercios de Chile se vacían, por una extrema precaución ante posibles disturbios nocturnos.

Semanas antes de cada aniversario del asalto al poder de los militares que derrocaron al gobierno del socialista Salvador Allende, las escuelas informan a los padres que deberán recoger a sus niños tres horas antes de lo habitual.

El motivo, dicen, es «facilitar un retorno normal a las casas de los alumnos y docentes», la misma razón por la que empresas y comercios dejan salir a sus trabajadores mucho antes de su horario laboral.

Los gimnasios cierran, los taxistas desaparecen y es difícil encontrar bares o restaurantes abiertos por la noche. El transporte público modifica sus recorridos y horarios para evitar las esquinas donde suelen instalarse barricadas.

Sin mencionar explícitamente las razones, los supermercados anunciaron también su cierre temprano, así como clínicas, consultorios de salud y oficinas bancarias, que este miércoles amanecieron también con sus ventanales tapiados para evitar ser apedreados.

Ya poco después de la hora de almuerzo, el comercio comenzó a cerrar las puertas y cerca de las cinco de la tarde el centro cívico de Santiago estaba prácticamente vacío.

Pese a que han transcurrido 40 años del golpe de Estado y que se suman ya 23 años de democracia, los chilenos -especialmente los mayores- asumen esta fecha de una forma instintiva como un día peligroso, en el que más vale estar en casa.

Un trauma del pasado.

Las primeras protestas convocadas el 11 de septiembre fueron en 1983, una década después del golpe, cuando se inició una incipiente oposición en las calles, sobre todo en las poblaciones periféricas más pobres, como La Victoria, Villa Francia o Lo Hermida.

Eran famosos los cortes de luz por cadenazos lanzados a los cables por manifestantes, las barricadas y los enfrentamientos con la policía, que en tiempo de dictadura dejaban decenas de muertos.

Llegada la democracia, en 1990, la fecha se convirtió en un residuo de la lucha callejera contra el legado de la dictadura, mezclada con tintes de delincuencia, que aprovecha la ocasión para saquear y hacer destrozos.

También ahora hay cortes de luz, aunque ahora mayormente se busca ocultar los saqueos al comercio.

El gobierno del derechista Sebastián Piñera anunció para esta jornada el despliegue especial de 8.000 policías en Santiago para resguardar la ciudad y un plan especial para el transporte público.

En las primeras horas ya hubo algunos incidentes en poblaciones de la periferia, que dejaban 68 detenidos y cinco vehículos quemados.

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