Muere el «padre» de Alien, el suizo Hans Ruedi Giger
GINEBRA, (AFP) – El artista suizo Hans Ruedi Giger, que ganó un Oscar por la creación del monstruo de la película «Alien», de Ridley Scott, murió a los 74 años a causa de un accidente doméstico, según el museo que lleva su nombre.
Varios medios suizos habían informado que Ginger había muerto el lunes por la tarde en el hospital por las heridas que le había provocado una caída. La información fue confirmada por el Museo HR Giger, de la localidad de Gruyere (en el cantón de Friburgo), que reúne su obra y su colección personal.
El artista, nacido el 5 de febrero de 1940 en Coire (este de Suiza), alcanzó el éxito internacional con la creación del monstruo de la película «Alien», estrenada en 1979, para la que contó con la ayuda del «padre» de ET, Carlo Rambaldi.
Por este trabajo consiguió en 1980 un Oscar a los mejores efectos visuales.
Más tarde colaboró en otras películas fantásticas como «Species» o «Poltergeist II».
El único museo HR Giger en el mundo abrió sus puertas en 1998 y lo dirige su mujer, Carmen. Pero en los últimos años se han realizado varias exposiciones retrospectivas en París, Praga o Viena que han llenado las salas de seres imaginarios.
Desde pequeño, a HG Giger le apasionaban las criaturas fantásticas y macabras. Al periódico suizo-alemán Tages Anzeiger le explicó que a los 5 años paseaba por las calles de su ciudad con una calavera humana atada a una cuerda.
También contaba que en lugar de ir al colegio prefería pasar horas en el Museo de Coire contemplando la momia de una princesa egipcia.
Este hombre de estatura media, robusto y de mirada penetrante, estudió diseño industrial y arquitectura en Zúrich, donde fijó su residencia en 1962.
Su obra gira en torno a temas como el nacimiento, la muerte, la sexualidad y la fantasía.
Dibujaba criaturas de pesadilla de tonos negros y grises en lienzos gigantes, usando pistolas de aire comprimido con pintura. Eran mitad humanas y mitad máquinas con piel entremezclada con piezas metálicas. Una forma de arte, bautizada por él mismo como «biomecánica», que despertaba a partes iguales la admiración de sus fans y la repulsión de sus detractores, que la consideraban pornográfica.
En 1976, el cineasta norteamericano Ridley Scott descubrió su libro «Necronomicon» y le confió la tarea de crear al monstruo de su próxima película, Alien, que acabó convirtiéndose en un éxito mundial.
El estremecedor traje que llevó un actor para interpretar a esta bestia extraterrestre se vendió en una subasta hace una década por 126.000 dólares.
El artista también plasmó su obra en otros formatos como portadas de discos, esculturas, muebles y decoraciones de interior.
Sus admiradores le consideran un heredero del pintor neerlandés Jerónimo Bosch (El Bosco, 1450-1516), el flamenco Pieter Brueghel el Viejo (1525-1569) o incluso del español Francisco de Goya (1746-1828).
En su afán de dar vida a sus criaturas, también creó los «bares Gier» en los que los clientes pueden saciar su sed en una atmósfera «alienícola». El primero abrió en Tokio en 1988. En Suiza hay dos, uno delante de su museo en Gruyere y el otro en su ciudad natal, Coire.