Ex comandante guerrillero Sánchez Cerén asume presidencia en El Salvador
SAN SALVADOR, (AFP) – El ex comandante guerrillero de izquierda Salvador Sánchez Cerén, de 69 años, asumirá este domingo como nuevo presidente de El Salvador, con el desafío inmediato de combatir la inseguridad y reactivar una debilitada economía.
Sánchez Cerén será investido en un acto la mañana del domingo en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) en el oeste de San Salvador, donde recibirá la banda presidencial por parte del presidente del Congreso, Sigfrido Reyes.
Asume el cargo por un período de cinco años en sustitución de Mauricio Funes, de quien fue vicepresidente.
«Estamos listos para asumir el reto y vamos a hacer un gobierno honesto, transparente, en donde vamos a dialogar con todos los sectores para tomar decisiones importantes para el país», señaló recientemente el ex comandante rebelde y maestro de profesión.
Sánchez Cerén dijo estar claro en que uno de los temas que necesita atención «inmediata» es la inseguridad generada por la violencia delincuencial, en especial la proveniente de las peligrosas pandillas.
«Estamos conscientes de que el tema de la inseguridad es algo a lo que vamos a dedicar nuestros esfuerzos al nomás asumir el gobierno», adelantó.
El vicepresidente electo, Oscar Ortiz, señaló que una de las aristas de la violencia generada por las pandillas son las incesantes extorsiones que afectan tanto a empresarios como a personas comunes y corrientes, y por ello será uno de los problemas a atacar.
«De entrada, la prioridad será atacar las extorsiones, porque ese es un problema que afecta gravemente el clima de seguridad, afecta a los empresarios, la inversión, a los ciudadanos que estan cansados de ese problema», señaló Ortiz.
De acuerdo a las autoridades, muchas de las muertes causadas por las pandillas están relacionadas con la decisión de las personas de no pagar una extorsión.
Pese a una tregua que declararon las pandillas en marzo de 2012, que en un principio redujo los homicidios de 14 a cinco a diarios, las muertes no han cesado.
Cifras del Instituto de Medicina Legal señalan que entre enero y marzo pasados el promedio de asesinatos fue de nueve diarios.
El futuro mandatario ha dicho que su política en seguridad no girará en torno a la tregua pandillera, cuya vigencia y credibilidad es dudosa a juzgar por los incesantes crímenes que se les atribuyen a esas agrupaciones.
«El eje principal de nuestra política va a ser más la represión al crimen, la persecución al crimen», sostuvo Sánchez Cerén, quien en la época de la guerra civil salvadoreña (1980-1992) fue conocido como el comandante Leonel González.
Adelantó que, al igual que su predecesor Funes, hará uso de la Fuerza Armada para apoyar a la policía en labores de seguridad pública.
Pero el problema de la inseguridad no es lo único que ocupará los primeros esfuerzos del nuevo gobierno.
La reactivación de la debilitada economía es otro tema importante.
Para el analista Julio Valdivieso, el gobierno de Sánchez Cerén «debe obligadamente buscar entendimientos para poner en marcha medidas que reactiven la economía».
«Es necesario sentarse a hablar con los empresarios, los sectores productivos, para encontrar puntos de convergencia que permitan, por ejemplo, acciones para impulsar las exportaciones, las inversiones, y eso por ende trae consigo la creación de empleos», consideró Valdivieso.
La oposición política de derecha ha criticado el «elevado» nivel de endeudamiento del país y culpa al gobierno saliente. Hasta finales del año pasado, El Salvador mantenía una deuda externa de 13.783,3 millones de dólares, según cifras oficiales. Funes ha negado que haya existido despilfarro y más bien asegura que su gobierno ha atendido a los más pobres del país.
En 2009, al llegar Funes, la pobreza alcanzaba al 40% de los 6,2 millones de habitantes; después de cinco años de gobierno llegó a 28,9%, según datos de la Secretaría Técnica de la Presidencia.
La investidura de Sánchez Cerén, el segundo gobernante consecutivo del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), costará 840.000 dólares.
Un centenar de delegaciones y mandatarios de países invitados se espera que acudan al traspaso, muchos de los cuales ya han llegado, como el príncipe español Felipe de Borbón y el vicepresidente de Argentina, Amado Boudou. Para la noche de este sábado se espera la llegada de los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y Ecuador, Rafael Correa.