La literatura erótica es «best seller» en Guantánamo, junto al Corán
BASE NAVAL DE GUANTÁNAMO (AFP) – En Guantánamo, los presos no solamente leen el Corán: desde hace un tiempo, la literatura erótica triunfa gracias a la obra «Cincuenta sombras de Grey», y también se inclinan hacia las revistas de fútbol.
El representante demócrata Jim Moran dio a conocer «el caso» después de haber visitado la base naval estadounidense situada en la isla de Cuba, al revelar que este libro erótico, a veces sadomasoquista, escrito por la británica E.L. James en 2011, es «el más solicitado» entre los reclusos del campo 7.
En esa sección están alojados doce presos bajo máxima vigilancia, entre ellos los cinco acusados de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y otros detenidos que pasaron por las cárceles secretas de la CIA, donde muchos fueron sometidos a interrogatorios asimilables a la tortura.
Un bibliotecario de Guantánamo aseguró a la AFP que los libros y videos que contienen «demasiado sexo, demasiada violencia, extremista o racial» son directamente erradicados estrictamente prohibidos en la biblioteca que ofrece hasta 18.000 obras al conjunto de reclusos.
Porno para mamás en manos de islamistas
Milton, un empleado del Pentágono, se encarga de leer o ver las obras, películas y videojuegos que piden los reclusos de los campos 5 y 6, otras dos secciones donde se encuentra la mayoría de los 166 prisioneros que alberga Guantánamo.
Posteriormente entrega un informe a un consejo cultural que finalmente decide si autoriza las peticiones de los detenidos, aunque Milton descarta de entrada las obras «pornográficas y violentas».
Sin embargo, la trilogía de James, catalogada como «porno para mamás», ha llegado a las manos de los reclusos, incluso a las de los islamistas más extremistas.
«No hay ninguna restricción sobre este libro», contó a la AFP la capitana Andi Hahn, confirmando por primera vez la presencia de la obra en la biblioteca del campo 7, a la que no tienen acceso los detenidos de las secciones 5 y 6.
«Está autorizado», aseguró. «Cualquier libro pedido por un detenido será autorizado, mientras no cree polémica en el campo», precisó Hahn.
Pero es imposible saber si «Cincuenta sombras de Grey», un best-seller que ha vendido más de 70 millones de ejemplares en todo el mundo, ha llegado hasta los reclusos por la vía oficial o por un circuito no autorizado.
«No ha pasado por nosotros, no lo tenemos aquí», afirmó el bibliotecario de los campos 5 y 6. «No tengo idea de lo que hacen del otro lado», apuntó, en referencia al campo 7.
Nadie tiene autorización para revelar lo que pasa en la sección de alta vigilancia. Su acceso, en alguna parte de las áridas colinas de Guantánamo, está restringido a puntuales visitas, como las de congresistas acreditados.
Fue en una de esas visitas que el representante Moran supo, por boca del mismo comandante del campo 7, que ese libro erótico está triunfando entre los reclusos.
«Imagino que no pasa gran cosa (en la cárcel). Estos tipos no tienen nada que hacer, entonces se dicen ‘¿por qué no?'» zambullirse en esta osada saga, comentó Moran.
Para el congresista, esta noticia desmitifica la imagen de los reclusos del campo 7, conocidos por rezar sus plegarias ante el tribunal cuando su comparecencia coincide con alguna de las cinco oraciones musulmanas del día.
El éxito de Tomb Raider
En enero de 2012 se descubrió en la cárcel un ejemplar de la revista Inspire de Al Qaida que había entrado de contrabando, lo que generó un refuerzo de los métodos de revisión del correo entre los detenidos y sus abogados.
Como cualquier documento de influencia islamista, esta revista de Al Qaida en la Península Arábiga (AQPA), que opera principalmente en Yemen, está prohibida para todo reo sospechoso de vínculos o actividades terroristas.
Los reclusos del campo 7, considerados durante mucho tiempo como hombres muy peligrosos -aunque actualmente son simples detenidos sin inculpación- tienen acceso a una amplia variedad de libros, desde el ámbito religioso a las novelas policíacas, además de revistas médicas. Todos ellos pueden, por ejemplo, leer la famosa saga «Harry Potter» en árabe, ruso, francés, pastún, farsi, urdu y, obviamente, inglés.
En los campos 5 y 6, «las obras religiosas en árabe son las más solicitadas», subrayó Milton. Pero los documentales y revistas de fútbol cosechan un gran éxito, al igual que videojuegos como «Tomb Raider», en cuya caja un detenido ocultó con un rotulador el escote y el ombligo de la protagonista, al considerarla demasiado sexy.