El bebé-príncipe evidencia la longevidad de los Windsor
LONDRES, (AFP) – El nacimiento del príncipe de Cambridge, que debería contribuir a rejuvenecer la imagen de la casa real, pone al contrario en evidencia la longevidad de la monarquía británica, sobre los hombros de la reina Isabel II que a sus 87 años se niega a abdicar en favor del príncipe Carlos, de 64 años.
Los cronistas del palacio de Buckingham destacan que con la llegada del hijo de Guillermo y Catalina cohabitarán cuatro generaciones reales, lo que refuerza la impresión de longevidad.
En la cumbre de la pirámide está la reina Isabel, que en 20102 celebró por todo lo alto sus 60 años de reinado, acercándose al récord de Victoria, que reinó durante 63 años, 7 meses y 2 días.
Le sigue su hijo mayor, Carlos, el príncipe de Gales, que en pocos meses, como señala irónicamente el diario Daily Telegraph, alcanzará la edad legal de la jubilación «cuando todavía no ha empezado su verdadero trabajo».
El nieto, Guillermo, de 31 años, forma con su esposa Catalina una pareja modelo, símbolo de modernidad y muy popular, como demuestran los sondeos. Y el bisnieto, nacido el lunes, cierra la línea sucesoria directa.
«Los Windsor cumplieron con la principal obligación de una dinastía, que no consiste en inaugurar hospitales o tratar bien a los animales, sino en perpetuarse», dice a la AFP Patrick Jephson, exsecretario privado de la princesa Diana.
El nacimiento del príncipe de Cambridge, tercero en la línea sucesoria, se produce en un contexto muy favorable. La reina, Carlos y Guillermo tienen respectivamente 82%, 60% y 82%, de opiniones favorables, según un sondeo de YouGov.
Esa popularidad les protege de hipotéticos embates republicanos pero ¿está garantizado el futuro de la monarquía?
«Sí», responde la reina, que supo recuperar el prestigio de la dinastía perdido por los escándalos de la generación real de los años 1980.
La abdicación, un tema tabú
En 2012, el año del jubileo de diamante, la reina reiteró su voluntad de permanecer en el trono hasta el final. Desde entonces, abdicaron la reina Beatriz de Holanda, el rey de los belgas Alberto II y el emir de Qatar, mientras que el papa Benedicto XVI decidió renunciar.
La reina «morirá en el trono», afirma la historiadora Kate Williams.
El constitucionalista Robert Hazell dijo a la AFP que había intentado iniciar un debate público en torno a la abdicación, un tema que sigue siendo tabú.
De hecho, sin proclamarlo, Isabel II ha empezado a delegar parte de sus funciones, mientras su marido, el príncipe Felipe, de 92 años, entra y sale del hospital.
De vez en cuando, el príncipe Carlos asume algunas ceremonias protocolares, como la entrega de decoraciones o el recibimiento de personalidades.
En noviembre próximo, Carlos representará a su madre en la cumbre de la Commonwealth en Sri Lanka.
El último viaje oficial de la reina fuera de las fronteras británicas remonta al año 2011.
También son solicitados para los actos de protocolo, aunque en menor medida, los príncipes Guillermo y Harry (relegado al cuarto lugar en la línea sucesoria por el nacimiento del bebé real).
Sin embargo, ni siquiera los expertos de Buckingham ven en esto signos de una «transición suave».
«Si la reina vive tanto tiempo como su madre, fallecida a los 101 años, el príncipe Carlos accedería al trono a la edad de 80 años. Eso podría se el comienzo de una sucesión de monarcas muy viejos», señala Hazell.
Jephson también teme una gerontocracia. «Una pareja de septuagenarios que avanzan lentamente por el pasillo central de la abadía de Westminster para ser coronados rey y reina no es lo ideal en términos de imagen», dice.
«Tras la euforia posnatal, la gente no va a tardar mucho tiempo en preguntarse en que ocupa su tiempo Guillemo. Espero que tenga buenas respuestas», dice Jephson. «A medida que avance el siglo XXI podría ser cada vez más difícil justificar el anacronismo de la monarquía», asegura.
Una enfermedad física o mental de Isabel II podría cambiar las cosas ya que, según el sondeo de YouGov, 48% de los británicos estiman que en ese caso la reina debería retirarse.
Un acta de 1937 prevé la instauración de una regencia en esas circunstancia, pero no dice nada sobre el tema de la edad.