Largas colas en bancos de Venezuela para subastar dolares - 800Noticias
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CARACAS, (AFP) – Necesitados de dólares para viajar, venezolanos formaban filas en bancos este martes al vencer el plazo para comprarlos por primera vez en subasta, buscando, aunque a mayor tasa que la oficial, tener más divisas de lo permitido en un país con férreo control cambiario desde 2003.Irene, quien visitará en Portugal a familiares, participa en la subasta que convocó el pasado jueves el Banco Central de Venezuela (BCV) de 200 millones de dólares, 170 millones de los cuales serán adjudicados a empresas y 30 a los ciudadanos, a un precio superior a la cotización oficial de 6,3 bolívares por dólar.

Con la subasta, el gobierno de Nicolás Maduro abrió una vía complementaria a la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), hasta ahora único mecanismo legal por el que personas y empresas acceden a dólares, desde que se instaurara desde 2003 un férreo control de cambio. El otro es el mercado negro, donde se multiplica casi por seis el cambio oficial.

«Sería bueno que el gobierno libere de una vez las divisas, la ponga a un precio más alto, pero real. Hay muchos venezolanos para muy poca divisa ofertada», afirmó Antonio Hernández, contador de 61 años, que piensa llevar a Disney World a su esposa e hija.

En otro banco, Juan Hernández, un comerciante que viajará con su esposa y dos hijos a República Dominicana, ofreció 16 bolívares por dólar en la subasta: «Es como una lotería, no es seguro que me los den», dijo tras el trámite.

Por Cadivi, Irene tiene derecho a comprar 3.500 dólares, Antonio 2.500 a Estados Unidos y Juan a 1.000 para el Caribe. Por cada menor de edad se tiene derecho a unos 500 dólares. «Solo con Cadivi no alcanza… hay que estirar la plata», manifestó el comerciante.

Pero en esta época de vacaciones, argumentan, les es más barato viajar al exterior, aún si compran el dólar en subasta, que pagar por vacacionar en Venezuela a precios cobrados con el equivalente al valor del mercado paralelo.

Solución o devaluación solapada

Por el nuevo Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), para las empresas el monto de compra va de 8.000 dólares a 1,2 millones; los ciudadanos un mínimo 500 dólares y máximo 2.500, cifra que sube a 5.000 para viajes por estudios o compra de bienes para servicios o gastos de salud.

«Este es mecanismo perverso, que no protege el valor de la moneda, sino su valor comercial, que no soluciona nada», comentó al salir del banco el abogado Alberto Pérez, de 27 años, quien estudiará inglés en Estados Unidos.

Esta es primera subasta para particulares, pero la segunda para empresas -en marzo se les adjudicó 200 millones-, esta vez para las empresas de los sectores automotriz y salud, así como de dos zonas libres en norte y occidente.

Según analistas, el Sicad supone una devaluación encubierta de la moneda venezolana, que el 8 de febrero perdió casi el 32% de su valor frente al dólar, al pasar de 4,3 a 6,3 bolívares por billete verde.

«Es una devaluación solapada. A la gente no le resuelve nada. A un máximo de 2.500 dólares alcanza sólo para 12.000 personas. Es irrisorio, en un país de 28 millones», dijo a AFP Jesús Casique, profesor en la filial de la Preston University de Venezuela.

El BCV hará al menos dos subastas mensuales para dinamizar el flujo de divisas hacia los sectores productivos de este país altamente dependiente de las importaciones, con la posibilidad de incluir a personas naturales.

El presidente del BCV, Armando León, afirmó que las medidas irán «estabilizando lentamente» el mercado cambiario y se verán resultados en el abastecimiento de productos y en el nivel de los precios.

La falta de divisas es una de las causas del escasez cíclica de productos básicos en Venezuela, agudizando la tasa de inflación, en 2012 de 20,1%, las más altas de América Latina.

Para el analista y presidente de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, el gobierno debe «despenalizar y permitir operaciones libres al precio de mercado», una década después de que impuso el control para evitar la fuga de capitales tras el golpe de Estado de abril de 2002 y el posterior paro petrolero.

Mientras, los venezolanos que participaron en la subasta esperan al miércoles, cuando el BCV anuncie a quiénes adjudicó las divisas, para saber si estiran la plata en sus viajes o echan un ojo a las cotizaciones de las páginas «lechuga verde» o «aguacate verde», del mercado negro.

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