En Venezuela es presentado un presupuesto irreal
El Gobierno venezolano presentó esta semana su presupuesto para el 2014 basado en previsiones de crecimiento e inflación que a ojos de los economistas lucen optimistas y corren el riesgo de chocar con una economía marcada por un fuerte alza del costo de vida y temores de devaluación.
El primer presupuesto del Gobierno de Nicolás Maduro prevé que la inflación bajará a cerca de la mitad y que la economía crecerá a un ritmo sólido el año próximo, en base a un presupuesto calculado sobre un precio del petróleo de 60 dólares por barril.
«Algunos se ríen», dijo el ministro de Finanzas, Nelson Merentes, al presentar ante el Parlamento el presupuesto, en una afirmación que parecía dirigida a políticos opositores y a economistas que tildan de «irreales» las previsiones establecidas en el proyecto de ley.
De acuerdo con el plan presupuestario, la inflación se ubicaría al cierre del 2014 entre un 26% y un 28%, casi en la mitad de la tasa anual cercana al 50% que acumula en los últimos 12 meses y debajo del 38,7% de los primeros nueve meses de este año.
Mientras, la economía crecería un 4%, lo que representaría una fuerte aceleración frente a la tímida expansión de un 1,6% que registró en el primer semestre de este año.
La baja proyección de inflación y la alta estimación para el crecimiento representan un intento del Gobierno por sugerir que la economía mejorará el próximo año tras un 2013 en el que ese fue uno de sus mayores dolores de cabeza.
El precio presupuestado para el barril de petróleo, muy inferior al valor de la cesta venezolana en los mercados internacionales, le permite disponer de ingresos extraordinarios que podrá usar discrecionalmente, una práctica que se ha vuelto una constante en los presupuestos de los últimos años.
Sin embargo, economistas han calificado de «irreales» e «ilusorias» estas estimaciones y no han escondido su poca confianza en que puedan cumplirse en un 2014 signado por el arrastre de la alta inflación experimentada este año y la posibilidad de una nueva devaluación del bolívar.
«En el presupuesto de este año ninguna de las premisas se cumplió, desde la meta de inflación o el tipo de cambio, y menos se cumplirán en el 2014», dijo el economista Luis Oliveros, profesor de la Universidad Central de Venezuela.
Las principales críticas se centran en la previsión de inflación. Consultoras privadas como Econométrica esperan un alza del costo de vida del 55% para el próximo año, alentada por la inercia de este año, demandas salariales y una elevada liquidez monetaria.
El Gobierno se defiende diciendo que debe ser prudente y su viceministro de Finanzas, Gustavo Hernández, afirmó que el presupuesto contiene «unas premisas que reflejan la prudencia y la responsabilidad en la realización del presupuesto».
«En el 2013 en ningún caso hubo realmente coincidencia con lo que fueron las bases originales del presupuesto, lo que nos pudiera llevar a pensar que para el año 2014 vamos a tener un comportamiento similar», dijo a Efe el economista César Aristimuño.
Parte de los cuestionamientos se enfocan también en el tipo de cambio de 6,3 bolívares por dólar estimado en el presupuesto para el 2014, en momentos en que el mercado especula con una devaluación que podría llegar tras las elecciones municipales del 8 de diciembre.
El monto del presupuesto, estimado en 550.632 millones de bolívares (87.401 millones de dólares), está además en el centro de las dudas de los economistas, que estiman que quedará corto y sólo alcanzaría para cumplir las necesidades del primer semestre del año.
El incremento del gasto público podría encontrar un respiro el año próximo, dado que no hay previstas elecciones, pero igualmente el Gobierno enfrentará presiones para satisfacer demandas sociales como aumentos salariales.
En medio de una economía que muestra signos acelerados de deterioro, entre el bajo crecimiento económico, la inflación más alta de la región y frecuentes picos de desabastecimiento que han provocado escasez de bienes como papel higiénico, el Gobierno enfrenta las elecciones municipales el próximo 8 de diciembre.
Si el resultado es adverso el Gobierno podría quedar debilitado y condicionar su margen para contener el gasto.
Fuente: El Nacional