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La nave Maven ya está en la órbita de Marte. La última aventura marciana de la agencia espacial de Estados Unidos (NASA) llegó con éxito. La sonda atravesó el espacio durante diez meses a toda velocidad hasta que a última hora del domingo echó los frenos, es decir, activó sus turbinas.
Con 33 minutos de propulsión se amortiguó la velocidad para permitir que fuera capturada por la gravedad de Marte.
Maven llegó para estudiar la atmósfera del planeta rojo y así tratar de entender el proceso que llevó a que se quedara sin aire. En la actualidad, la presión atmosférica es tan baja que el agua en la superficie herviría.
Los datos de la Maven permitirán a los científicos construir mejores modelos del actual y pasado clima de Marte.
«Naves anteriores han tomado medidas y hemos aprendido mucho sobre la alta atmósfera, pero no han sido capaces de ofrecer de arriba abajo una imagen completa», comenta el investigador principal del proyecto, Bruce Jakosky.
«Esperamos que Maven sea una misión de descubrimiento, que casi todo lo que observamos nos lleve a importantes nuevos datos sobre el entorno actual de Marte y cómo ha evolucionado en el tiempo», agrega el investigador de la Universidad de Colorado (EE.UU.).
Ocupado
La llegada de la sonda estadounidense será seguida, 48 horas más tarde, del primer satélite de India. La Misión de Orbita de Marte, informalmente conocida como Mangalyaan, tiene un objetivo diferente.
Intentará encontrar metano, un potencial indicador de actividad biológica en el planeta.
«La NASA está realmente interesada en cooperar y contrastar los datos», comenta Jim Green, director de Ciencias Planetarias de la NASA.
«Cuando ambas naves estén en órbita y los científicos empiecen a entender los datos, esas oportunidades surgirán».
La gran maniobra de la Maven colocaron a la nave en una órbita elíptica de 35 horas. La confirmación de la captura llegó a la Tierra a las 2:30 GMT del lunes.
En las próximas semanas, los ingenieros trabajarán en llevar a la nave a una órbita operacional de entre 4 y 5 horas que la lleve a acercarse a hasta 150 kilómetros de la superficie, pero también la envíe a unos 6.200 kilómetros. Ese mismo periodo será empleado para probar los instrumentos.
La atmósfera actual de Marte, compuesta mayoritariamente por dióxido de carbono, es extremadamente fina, con una presión en la superficie de apenas el 0,6% de la de la Tierra.
El paisaje marciano, sin embargo, muestra canales que evidencian abundante agua corriente, pureba del planeta llegó a tener una atmósfera mucho más densa en el pasado.
Acercándose
Parte del aire seguramente reaccionó y se incorporó con minerales en la superficie. Pero la explicación más plausible para su desaparición apunta a que fue erosionada por el viento solar, la corriente de partículas energéticas procedentes del Sol.
Eso fue posible porque, a diferencia de la Tierra, Marte no tiene un campo magnético que lo proteja y sirva para reflejar el abrasivo asalto de la estrella.
Algunos instrumentos de la Maven se concentrarán en la influencia solar, estudiando cuánta energía hace llegar al planeta y a su atmósfera.
Otros, estudiarán la composición y comportamiento de la atmósfera en sí, y esto implicará algunas maniobras de acercamiento a la superficie para poder tomar así muestras de las moléculas directamente.
La intención es medir el ritmo al que esas diferentes moléculas se está perdiendo en la actualidad y diferenciar los varios procesos responsables.
Los científicos emplearán esta información para saber más de la historia del clima del planeta, desde cuando hace miles de millones de años era más cálido y húmedo, y potencialmente habitable por formas de vida, al estado actual.
Elementos importantes ya han llegado de Curiosity, el robot que ha recorrido la superficie y ha podido estudiar la atmósfera más baja.
En su laboratorio, el robot analiza el aire marciano con regularidad. Ya ha usado la concentración de argón para mostrar que a lo largo de la historia geológica se ha dado un enriquecimiento de la forma más pesada de este elemento.
Eso evidencia que los más ligeros átomos de argón se han perdido de la parte alta de la atmósfera.
La oportunidad del cometa
Una demostración temprana de las aptitudes de la Maven llegará en octubre, cuando un cometa haga un paso cercano al planeta.
Eso seguramente lanzará una estela de polvo espacial sobre la atmósfera.
«Si es significativa la cantidad de polvo que golpea la parte alta de la atmósfera, veremos incrementarse la temperatura… y se expandirá», dice el profesor Jakosky.
«Además, el agua del cometa que llegue a la atmósfera empezará a poblarla con un conjunto extra de moléculas», agrega.
«Estudiaremos esta perturbación con el agregado de energía y materia y veremos cuánto tarda en decaer: eso nos dirá mucho sobre los procesos físicos en la alta atmósfera marciana».
Información de El Comercio