El polémico estadio más costoso del mundo - 800Noticias
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El estadio que será sede de los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020 fue el gran estandarte de la candidatura japonesa para albergar los que serán sus segundos olímpicos.

Pero también es el centro de críticas por su ostentoso diseño que lo convertirá en el recinto deportivo más caro el mundo, o en el «elefante blanco» más grande que jamás haya existido.

Incluso el ajuste a casi la mitad realizado al presupuesto inicial de 3 millardos de dólares lo colocan por encima de los estadios de fútbol americano y béisbol en Nueva York, el MetLife y el Yankee.

«Lo que estoy diciendo es que es ridículo», reclamó Fumihiko Maki, uno de los arquitectos más reconocidos de Japón y quien fue el encargado de diseñar el gimnasio de los Juegos en 1964.

«Estamos levantando nuestras voces, pero ellos no escuchan», añadió.

El Techo

Los estadios olímpicos suelen generar los más grandes dolores de cabeza a los países sedes, en especial el que fue construido para los Juegos de Montreal en 1976, pilar principal de la deuda que los contribuyentes canadienses tardaron tres décadas en pagar.

El de Atenas en 2004 está prácticamente abandonado, mientras que el llamado «Nido de pájaro» de Pekín 2008 es más un lugar turístico que rememora pasadas glorias deportivas.

Hasta el estadio de Londres 2012, que fue considerado «barato» y diseñado para tener una vida después de los Juegos, está teniendo problemas para reconvertirse en la sede del histórico club de fútbol del este de Londres West Ham.

Para tener una idea de las dimensiones, el nuevo estadio olímpico de Tokio ocupará el doble de superficie que el de la capital británica, tendrá un techo arqueado que se elevará 70 metros y su costo será de 1,7 millardos de dólares.

Ya algunos llaman al diseño del arquitecto británico Zaha Hadid la «nave espacial» o el «casco de bicicleta gigante».

«Mi mayor objeción es cubrir el estadio», explicó Maki. «Técnicamente es más difícil y costoso. Este tipo de solución no es ideal para los deportes».

El arquitecto de 86 años señaló: «Si haces un estadio abierto después puedes reducir la capacidad a 60.000 personas como se hizo en Londres. Al construir un estadio cubierto para 80.000 no lo puedes cambiar».

La razón para el techo retractable es que una de las funciones que tendrá el nuevo recinto después de los Juegos Olímpicos será la de albergar conciertos y necesita cumplir con las leyes de restricciones de ruido vigentes en Tokio.

Oasis

El nuevo estadio se construirá en una de las zonas más verdes de la ciudad, en el centro de Tokio.

El Meiji Jingu Gaen se pude traducir como «el jardín exterior del santuario de Meiji», en honor al emperador que conectó a Japón con el mundo hacia finales del siglo XIX.

«Este lugar es una especie de oasis», dijo Nobuko Shimizu, miembro de un grupo llamado «los guardianes del estadio nacional», apuntando a una hilera de árboles gingko biloba.

Shimizu considera que en el lugar «podemos caminar, hablar y tener picnics. Si se construye el nuevo estadio perderemos estos parques y jardines. No es aceptable».

La exasperación en su voz es evidencia de la creciente preocupación que hay en un sector de la población de Tokio, que suma más de 13.000 firmas en contra de la construcción del nuevo estadio.

Pero el Consejo de Deportes de Japón no parece inmutarse.

«No creo que haya alguna oportunidad de que pueda ser cambiado», aclaró Yoshitaka Takasaki portavoz del Consejo.

«Notificamos a arquitectos de todo el mundo para que presentaran sus diseños. Hubo 46 ideas y el diseño de Zaha Hadid fue el seleccionado. Seguimos nuestro proceso y tenemos la responsabilidad de construir el nuevo estadio basado en su diseño», reiteró Takasaki.

El profesor Maki considera que esa posición demuestra que «tenemos un país muy moderno pero también tenemos una burocracia que gobierna todo».

Fuente: El Nacional

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