El fly-eye (ojo de mosca) es una respuesta al problema del estudio de asteroides
Los asteroides se están volviendo un área de interés para expertos de todo el mundo. Ya sea para el desarrollo de una potencial industria minera o la prevención de un posible impacto, estos objetos se están posicionando como un sujeto de estudio clave para la ciencia. Y por eso el último anuncio de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) llama la atención.
A través de un comunicado en su sitio web, la organización anunció el desarrollo de un prototipo de telescopio pensado para monitorear los cielos en búsqueda de asteroides desconocidos que puedan impactar el planeta. La novedad es que el diseño del artefacto está basado en el ojo de la mosca.
El desarrollo, conocido como «fly-eye» («ojo de mosca»), es una respuesta al problema del estudio de asteroides hasta ahora no detectados. En un escenario ideal, agencias de todo el mundo desplegarían una red de telescopios que monitorean el cielo en todo momento, en búsqueda de objetos desconocidos, alertando al menos tres semanas antes de cualquier impacto. Pero tal plan requeriría una gran inversión y un desarrollo que tomaría años.
La apuesta de la ESA responde a esas complicaciones, ya que propone un diseño modular, cuya producción sería económica y económica, con una manutención de bajo costo.
Al igual que el ojo de una mosca, «Fly-eye» divide la imagen en 16 «subimágenes» más pequeñas, lo que le da un campo de visión muy amplio, de 6,7º x 6,7º (como referencia, 6,7º corresponde a 13 veces el diámetro de la Luna visto desde la Tierra).
Gian Maria Pinna, de la Oficina de Conciencia Situacional Espacial de la ESA, indicó que «esta tecnología es la clave para la futura red de reconocimiento de objetos cercanos a la Tierra», agregando que «fly-eye» «entregaría la resolución necesaria para determinar las órbitas de cualquier objeto detectado».
Un contrato de un millón de euros con un consorcio liderado por la italiana CGS S.p.A. llevará a un diseño detallado de la propuesta, lo que a su vez generaría más contratos con otras compañías europeas, con un costo de 10 millones de euros, para la construcción y evaluación de los primeros prototipos.
Información de El Nacional