Ucrania y separatistas prorrusos intercambian a cientos de prisioneros
Kostiantinivka, Ucrania | AFP. Ucrania y los separatistas prorrusos iniciaron el viernes el intercambio de cientos de prisioneros de guerra en el marco del acuerdo pactado el miércoles pasado en Minsk, único avance en unas conversaciones que no permitieron solucionar los problemas de fondo.
Este primer intercambio -que se lleva a cabo en la ciudad de Kostiantinivka, a unos 45 km al norte del bastión rebelde de Donetsk- comenzó con grupos de 10 prisioneros, sobre un total previsto para esta jornada de 222 separatistas, tanto hombres como mujeres, y 146 soldados ucranianos.
Los prisioneros, vestidos de civil, llevaban bolsas y formaban una hilera, unos frente a otros, separados por 100 metros de distancia.
Varios representantes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) observaron la escena que tuvo lugar en una carretera iluminada solamente por los faros de unos coches.
«Acaban de decirnos lo que va a pasar, estoy feliz de volver a casa, ver a mis padres y a mi mujer que aún no saben (que me han liberado)», confió a la AFP Artem Siurik, médico del ejército originario de la ciudad de Dnipropetrovsk.
«Solo quiero comer huevos al plato y hablar con mis padres», dijo, por su parte, Denis Balbukov, un rebelde liberado de 21 años, que prometió que «retomará la lucha».
Los representantes de Kiev y de los separatistas leyeron los nombres de las personas afectadas antes de comenzar el intercambio.
Los prisioneros presentados por los rebeldes se hallaban presos en la región de Donetsk, aseguró la representante separatista, Daria Morozova. Según ella, el intercambio de prisioneros de la vecina república separatista de Lugansk se debería llevar a cabo este sábado.
El intercambio de presos es el único acuerdo tangible al que llegaron el miércoles los bandos enfrentados, en una reunión del grupo de contacto compuesto por representantes de Kiev, de Moscú, de la OSCE y de los separatistas prorrusos.
Las negociaciones deberían haber proseguido este viernes, pero no tuvieron lugar.
Escalada verbal
Los rebeldes reclaman, sobre todo, que vuelva la financiación de las regiones en su poder cortada por Kiev a mediados de noviembre. Exigen, además, «un estatuto especial» que conceda una mayor autonomía a las regiones de Donetsk y Lugansk.
El estatuto ya estaba previsto en los acuerdos firmados en septiembre en Minsk. Pero, según Kiev y los occidentales, los rebeldes minaron esos acuerdos al organizar elecciones a principios de noviembre, unos comicios considerados ilegítimos por la comunidad internacional y el gobierno ucraniano.
El primer encuentro en Minsk, en septiembre, ya intentó poner fin a un conflicto que ha causado más de 4.700 muertos en ocho meses.
Kiev y los rebeldes se acusaron mutuamente, en repetidas ocasiones, de querer minar el proceso de paz.
La agencia de prensa Interfax-Ucrania, que suele estar bien informada sobre la postura del negociador ucraniano, el expresidente Leonid Kuchma, indicó el jueves que los rebeldes intentan modificar los acuerdos de paz que cerraron en Minsk.
Las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk fueron representadas el miércoles «por gente incompetente que toma decisiones sin conocer los acuerdos alcanzados previamente», aseguró una fuente cercana a las negociaciones citada por la agencia.
La OTAN, amenaza fundamental para Moscú
El Kremlin publicó, por su parte, el viernes la nueva versión de la doctrina militar de Rusia, aprobada por su presidente Vladimir Putin, que apunta a la OTAN como una amenaza fundamental para la seguridad del país.
La doctrina se inquieta por el «refuerzo de las capacidades ofensivas de la OTAN directamente en las fronteras rusas, y las medidas tomadas para desplegar un sistema global de defensa antimisil» en Europa oriental.
La divulgación de esta doctrina rusa se produce poco después de un muy simbólico voto en el parlamento ucraniano sobre el abandono del estatuto de país no alineado, una decisión que le permitirá a Ucrania en un futuro pedir su adhesión a la OTAN.