Ucrania ordenará un alto el fuego unilateral en el este
KIEV, (AFP) – Ucrania ordenará un alto el fuego a sus tropas en el este separatista prorruso, anunció el miércoles el presidente Petro Poroshenko, que nombró a un nuevo ministro de Exteriores menos beligerante, tras la reunión con Vladimir Putin.
Moscú, por su parte, demandó al ministro ucraniano del Interior Arsen Avakov por el «asesinato intencionado» de civiles desde abril en el Este, un día después de la muerte de dos periodistas rusos.
Tras reunirse con su homólogo ruso Vladimir Putin el martes por la tarde, el dirigente ucraniano prooccidental indicó que ordenaría «en breve» un alto el fuego unilateral en el este, que se engloba en su plan para apaciguar a la insurgencia separatista.
Los primeros encuentros entre ambos líderes se habían producido la semana pasada y generaron esperanzas, pero el derribo de un avión militar ucraniano, que dejó 49 muertos, y otros incidentes diplomáticos hundieron las expectativas.
«El plan de paz comienza con mi orden de alto el fuego unilateral», declaró Poroshenko, citado por la agencia Interfax-Ucrania.
«Inmediatamente después debemos recibir para ese plan de paz presidencial el apoyo de todos los participantes» implicados en el conflicto […] Eso debería ocurrir muy rápidamente», añadió Poroshenko.
El ministro ucraniano de Defensa, Myjailo Koval, precisó que el alto el fuego se daría «en unos días».
«Este fue un paso unilateral (…) dado por el gobierno ucraniano (y) ciertamente los elogiamos por estos esfuerzos de buena fe», dijo la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Jen Psaki. «Pero naturalmente necesitan un socio en este esfuerzo», agregó.
Según la agencia Interfax, Poroshenko dijo que el alto el fuego era una medida temporal para permitir que los rebeldes entregaran las armas.
«Es una buena proposición. Sin embargo, por un lado nos hablan de alto el fuego y por otro la agresión sigue», dijo el jefe de la diplomacia rusa Sergei Lavrov, pidiendo negociaciones con los separatistas.
En su plan de paz, el presidente ucraniano pide a Vladimir Putin que reconozca oficialmente a los nuevos dirigentes del país tras la caída de la administración prorrusa a finales de febrero.
Poroshenko también prometió el miércoles la amnistía «a los que entreguen las armas y a los que no hayan cometido crímenes graves».
Un portavoz de la autoproclamada república separatista de Donetsk, el bastión de los prorrusos, rechazó la llamada a entregar las armas.
«¿Por qué tendríamos que entregar las armas? No confiamos en Poroshenko. Es una estratagema», declaró Miroslav Rudenko, citado por Interfax y añadió que se habían producido varios bombardeos en el este tras las declaraciones del presidente ucraniano.
Para Rusia no es suficiente
Además también anunció el relevo del actual ministro interino de Relaciones Exteriores, Andriy Deshchytsya, una de las «bestias negras» de Moscú, en un intento de apaciguar las relaciones con Rusia.
El sábado, ante la muchedumbre que se manifestaba ante la embajada de Rusia en Kiev tras la destrucción en vuelo de un avión militar, Deshchytsya llamó «gilipollas» al presidente ruso.
Le sustituirá Pavlo Klimkin, el enviado ucraniano que está negociando con Rusia una propuesta de plan de paz de la OSCE.
En paralelo Poroshenko, que tiene el apoyo de occidente, pidió ayuda a Estados Unidos y la Unión Europea para controlar la frontera con Rusia, por donde entran armas y activistas prorrusos.
Un informe publicado el miércoles en Ginebra por la oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de Naciones Unidas indica que los rebeldes prorrusos imponen el terror en Ucrania, torturando y haciendo desaparecer a numerosos opositores, reales o imaginarios.
«El principal problema está en el este del país, en las zonas controladas por los grupos armados. Tenemos una situación donde reina el miedo, si no el terror, para quienes se encuentran allá» dijo a los periodistas Gianni Magazzeni, encargado de un informe sobre la situación en Ucrania por la oficina del Alto Comisionado.
Desde la ofensiva lanzada en abril contra los rebeldes por las autoridades ucranianas para intentar retomar el control de las zonas que ocupan, al menos 356 personas han muerto, según el responsable de la ONU.
En Slaviansk, el bastión prorruso devastado por los combates, numerosas familias han huido de los tiroteos casi diarios para instalarse en localidades más alejadas como Snijne.
Según fuentes del ministerio ucraniano de Defensa, citadas por el semanal Dzerkalo Tyjnia en su página web, los combates en Lugansk, el otro bastión rebelde, han dejado al menos 15 muertos entre las tropas gubernamentales y 13 soldados estaban desaparecidos.