Rebeldes iraquíes controlan provincia de Nínive, «amenaza a la región»
Los yihadistas del Estado islámico en Irak y el Levante (EIIL) que ocuparon la provincia de Nínive y su principal ciudad Mosul, en el norte de Irak, amenazan toda la región, estimó hoy un portavoz de Washington. «El EIIL representa una amenaza para la estabilidad de Irak, pero también para toda la región», declaró la portavoz del departamento de Estado estadunidense Jennifer Psaki, en un comunicado.
Psaki destacó que Washington apoya «una enérgica respuesta coordinada para rechazar esta agresión» del EIIL. Los yihadistas retomaron hoy el control de los seis sectores de la provincia de Kirkuk, tras haberse hecho anteriormente durante el día con la totalidad de la de Nínive en el norte de Irak, indicó un responsable de la policía.
Los insurgentes controlan los sectores de Hawija, Zab, Riyadh y Abasi, al oeste de la ciudad de Kirkuk, y Rashad y Yankaja al sur, según el coronel Ahmed Taha. El EIIL toma «fuerza de la situación en Siria, desde donde traslada reclutas, armamento sofisticado y recursos para combatir en Irak», agregó Psaki. Siendo el más poderoso grupo militante en Irak, el EIIL es una fuerza clave en la rebelión contra el régimen del presidente Bashar al Asad en la vecina Siria.
Responsables estadunidenses en Washington y Bagdad «siguen de cerca la situación en estrecha coordinación» con el gobierno iraquí, subrayó Psaki. Un alto diplomático estadunidense, el subsecretario asistente Brett McGurk, permanece en Irak desde el fin de semana pasado, en conversaciones sobre cómo enfrentar la amenaza del EIIL.
«Estados Unidos apoya al pueblo iraquí y con el pueblo de Nínive y Anbar que enfrentan esta amenaza», dijo Psaki. «Continuaremos trabajando estrechamente con los líderes políticos y de seguridad iraquíes con una gama de recursos para reducir la capacidad habilidad del EIIL para operar dentro de las fronteras iraquíes».
Estados Unidos ya entregó unos 300 misiles Hellfire a las fuerzas iraquíes, munición para armas pequeñas y tanques, misiles para helicópteros, ametralladoras y fusiles, según fuentes del Pentágono. Por su parte, el Secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon expresó su grave preocupación por la avanzada islamista y llamó a los líderes políticos a unirse ante la amenaza.
«El Secretario general urgió a todos los líderes políticos a buscar la unidad nacional contra las amenazas que pesan sobre Irak, que solamente podrán ser enfrentadas en base a la constitución y dentro de un proceso político democrático», dijo su portavoz Stephane Dujarric.
El jefe del parlamento Osama al Nujaifi anunció que cientos de rebeldes habían tomado el control de Nínive, una provincia mayoritariamente sunita con importantes yacimientos petrolíferos en el norte de Irak. La ciudad principal de Nínive es Mosul, la segunda más grande del país. Osama al Nujaifi afirmó que los rebeldes se dirigían hacia la provincia vecina de Salahedín para «invadirla».
Es la primera vez que los insurgentes toman toda una provincia del país, donde los yihadistas del Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) controlan ya Faluya y otras zonas de la provincia occidental de Al Anbar, vecina de Nínive. Nujaifi no confirmó las declaraciones de un oficial de alto rango que aseguraba que los rebeldes que tomaron Ninive también eran del EIIL.
Este éxito de la rebelión demuestra la caótica situación que vive Irak por las luchas políticas, las tensiones religiosas entre chiitas y sunitas y la guerra en la vecina Siria. Los rebeldes también cometieron un atentado en Baquba, a 60 km al norte de Bagdad, en el que murieron una veintena de personas que asistían a un funeral. «Toda la provincia de Nínive ha caído en las manos de los insurgentes», dijo Nujaifi en una rueda de prensa.
Antes del amanecer, centenares de hombres armados asaltaron Mosul y consiguieron, después de combatir con la policía y el ejército, tomar el control de la sede del gobernador, de las prisiones y las televisiones, según los responsables. «Mosul está fuera del control del Estado y a la merced de los hombres armados», dijo uno de los rebeldes. Los insurgentes dijeron a través de megáfonos que habían venido para «liberar Mosul» y combatirían solo a aquellos que les atacaran.
«Los miembros del ejército y la policía se han quitado los uniformes y los puestos de policía están ahora vacíos. Los hombres armados han liberado a los presos» de Mosul, según el rebelde. Según un corresponsal de la AFP en el lugar, las fuerzas de seguridad habían abandonado sus vehículos y se había prendido fuego las comisarías de policía.
Para el analista político Aziz Jabr, «la caída de Nínive es una peligrosa amenaza para la seguridad nacional iraquí». «Las direcciones militares han huido» de las zonas de combate, dijo, lo que prueba que hay rebeldes «infiltrados». Mosul tiene alrededor de dos millones de habitantes, aunque miles de ellos han huido de la ciudad en los últimos días.
El primer ministro saliente y jefe del ejército Nuri al Maliki, un chiita despreciado por los sunitas y al que sus detractores consideran un «dictador», no ha aparecido en público desde que la semana pasada se intensificaron los ataques rebeldes especialmente en Mosul. Las provincias de Nínive y Al Anbar están en la porosa frontera siria en la que el EIIL pretende instalar un Estado islámico.
«Debemos olvidar nuestras diferencias, es la hora de la unidad nacional ya que Irak está siendo invadido por extranjeros», dijo Nujaifi, que pidió cooperación a la población con las fuerzas armadas, y subrayó la «necesidad de avisar a los dirigentes del mundo» para «combatir a estos grupos terroristas».
«Si no paramos esta ofensiva en las fronteras de Nínive, se extenderá en todo Irak», advirtió y añadió que, hasta el momento, no había tenido «ningún contacto» con Maliki. El EIIL tiene en Al Anbar el apoyo los sunitas que se sienten marginados por el poder dominado por los chiitas. Ocupado por las tropas de Estados Unidos entre 2003 y 2011, Irak está viviendo una espiral de violencia que ha dejado más de 4,660 muertos desde principios de 2014, según fuentes iraquíes.
AFP