Presidente de México retira a su comisionado en el conflictivo Michoacán
Morelia, México | AFP. El gobierno de México anunció este jueves la retirada de su comisionado especial para la pacificación de Michoacán (oeste), el estado donde las autodefensas se levantaron en armas contra el narcotráfico, un año después de su nombramiento y sin haber abatido del todo la violencia.
El presidente Enrique Peña Nieto designó en enero de 2014 a Alfredo Castillo como comisionado y le otorgó poderes que le valieron en Michoacán el mote de «Virrey» al eclipsar a las autoridades estatales, señaladas de proteger al poderoso cártel narcotraficante Los Caballeros Templarios.
«Se han detenido a un ex gobernador interino y secretario de Gobierno, al hijo del hoy ex gobernador así como a 225 servidores públicos» además de tres ex secretarios estatales, ocho presidentes municipales, 11 jefes de policía y 150 policías municipales, entre otros, dijo Castillo en su último mensaje como comisionado.
El funcionario señaló que los secuestros se redujeron 90% en el segundo semestre de 2014, 375 bandas fueron desarticuladas y fueron recuperados territorios tomados por los criminales, que impedían el libre tránsito de la población.
Sin embargo, los homicidios se mantuvieron en casi los mismos niveles de 902 en 2013 a 904 en 2014.
Normalización de vida política
A menos de seis meses para que se celebren elecciones a gobernador de Michoacán, el ministro de Gobernación (Interior), Miguel Ángel Osorio Chong, anunció la salida de Castillo, que había sido solicitada por varios precandidatos a la gobernatura.
«Precisamente porque el presidente confiere la mayor importancia a las soluciones democráticas, a sus procesos y tiempos, ha tomado la decisión que el señor comisionado Alfredo Castillo concluya su encomienda», dijo Osorio Chong en un acto junto al comisionado en Morelia, capital de Michoacán.
El secretario alabó el trabajo de Castillo y dijo que ahora se incorporará a «nuevas responsabilidades en el gobierno».
Un general fue designado para asumir el mando de los más de 6.000 elementos de las fuerzas de seguridad federales desplegados en Michoacán, señaló Osorio Chong.
Castillo recibió el nombramiento como comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral del Estado de Michoacán en momentos agitados en que comunidades rurales de esta región habían creado sus grupos armados de autodefensa contra Los Caballeros Templarios.
Durante su gestión, una parte de las autodefensas fue incorporada a un cuerpo legal de seguridad y fueron detenidos o abatidos todos los miembros de la cúpula del cártel, salvo quien se considera su actual líder, el ex maestro de primaria Servando Gómez ‘La Tuta’.
Pero la violencia se ha mantenido presente en Michoacán, donde el pasado diciembre se produjo una balacera entre grupos armados liderados por dos exjefes autodefensa, que dejó 11 muertos, y en enero otro enfrentamiento entre hombres armados y militares con nueve fallecidos.
Este mismo jueves en el municipio de Zacapu, a 82 km de Morelia, se registraron dos enfrentamientos entre hombres armados y elementos de la fuerza rural, surgida de las autodefensas, que dejó tres hombres muertos, uno de ellos uniformado, dijo a la AFP un agente de la fiscalía estatal.
Tendencioso encarcelamiento de líderes
Uno de los puntos más polémicos de su periodo fue el encarcelamiento de Hipólito Mora, fundador de las autodefensas, y de José Manuel Mireles, el líder más mediático del movimiento.
«Hubo una acción tendenciosa y politizada» con el encarcelamiento de Mora y Mireles porque «no se subordinaron al gobierno federal», dijo de su lado a la AFP Raúl Benítez Manáut, experto en seguridad nacional y académico de la Universidad Autónoma de México.
Aunque, las fuerzas federales con Castillo lograron desarticular al poderoso cartel de Los Caballeros Templarios que había sometido a la población al terror a base de extorsiones, secuestros y asesinatos, no evitaron el posterior ascenso de Los Viagra, una escisión de los templarios que está tratando de llenar el vacío criminal que dejaron sus antecesores.
El nombramiento de Castillo «fue un experimento político bastante original» que generó grandes expectativas de que iba a resolver la crisis en Michoacán «por arte de magia, pero evidentemente no hay soluciones mágicas» para una entidad que estaba «en un proceso de descomposición», concluyó Benítez Manáut.