Ocho ejecutados en China por «atentados terroristas» vinculados a Xinjiang
PEKÍN, (AFP) – Ocho personas fueron ejecutadas en China por «atentados terroristas» relacionados con el conflicto separatista en la región de Xinjiang (noroeste), entre ellos el ataque suicida en la plaza Tiananmen de Pekín en octubre de 2013, anunció la agencia oficial Xinhua este domingo.
Los ocho condenados estaban implicados, según la agencia, en cinco casos relacionados con la inestabilidad en Xinjiang, donde Pekín acusa a los separatistas de una serie de atentados cometidos en China estos últimos meses.
Xinjiang, región autónoma rica en recursos naturales, está poblada por una mayoría de uigures, musulmanes de habla turca en parte hostiles al poder de Pekín.
En uno de los atentados de mayor calado simbólico, el 28 de octubre de 2013, tres extremistas uigures, según la policía, embistieron a la multitud y estamparon su coche cargado de bidones de gasolina contra la entrada de la Ciudad Prohibida de Pekín, en la plaza Tiananmen.
Dos turistas murieron y 40 resultaron heridos, atropellados por el vehículo. En su interior fueron hallados luego los cuerpos de los tres asaltantes.
Al hilo de este atentado, el 16 de junio fueron condenadas a muerte tres personas por complicidad, Huseyin Guxur, Yousoup Wherniyas y Yousoup Ehmet, según Xinhua.
En un email enviado a la AFP, Dilxat Raxit, portavoz del Consejo Mundial Uigur, una organización en el exilio, denunció el proceso como «un ejemplo típico de justicia al servicio de la política».
Las otras cinco ejecuciones responden a condenas por creación de organización terrorista, ataques contra la policía y fabricación de explosivos.
Xinhua, que cita los servicios de comunicación del Gobierno de Xinjiang, no precisó la fecha de las ejecuciones.
Estas sentencias forman parte de la campaña de represión anunciada por Pekín tras el atentado contra un mercado de Urumqi, la capital de Xinjiang, el 22 de mayo.
Ese día, dos vehículos todoterreno embistieron contra la muchedumbre en un mercado de la ciudad, y sus ocupantes lanzaron explosivos. En el atentado murieron 39 personas y más de 100 resultaron heridas. También murieron los cuatro atacantes.
Y previamente, en marzo, una matanza perpetrada con cuchillos y atribuida a extremistas uigures se cobró 29 muertos y 143 heridos en la estación de tren de Kunming, en la provincia china de Yunnan (sur).
Desde mayo, el gobierno de Pekín lleva adelante una campaña que se ha materializado en decenas de detenciones, condenas en masa, exhibiciones públicas de «terroristas» y ejecuciones al término de juicios expeditivos.
Los opositores uigures en el exilio achacan la situación al gobierno central, al que acusan de practicar una política cultural represiva e implantar en la región a millones de personas de etnia han, mayoritaria en China.
El gobierno, al contrario, dice que en Xinjiang reina la armonía entre las comunidades y sostiene que gracias a su gestión ha mejorado el nivel de vida y la economía de esta remota región.
El número de ejecuciones efectuadas en China cada año es un secreto. Según estimaciones independientes, unos 3.000 condenados fueron ejecutados en 2012, más que en todos los demás países del mundo juntos.