Obama encarará en un mes cruciales legislativas para culminar su proyecto
WASHINGTON, (AFP) – Las elecciones legislativas que se realizarán en Estados Unidos dentro de un mes representan un momento crucial para el presidente Barack Obama, quien precisa mantener el control del Senado y superar la avalancha de críticas por su política externa.
El mapa político que surja de esas elecciones será el escenario en que se desarrollarán los dos últimos años de mandato de Obama, y el resultado podría marcar la diferencia entre lograr sus promesas de campaña o ver su legado hecho añicos.
Para el opositor partido Republicano estos comicios representan la oportunidad de recuperar el control del Senado y expandir su dominio en la Cámara de Representantes, un objetivo ambicioso pero que, de acuerdo con los sondeos, es más factible de lo que parece.
«Creo que esa posibilidad es del 60%», dijo Charlie Cook, editor de la publicación Cook Political Report, sobre el chance de que los republicanos consigan imponerse en las dos cámaras del Congreso.
De acuerdo con Cook, el principal peso que el partido Demócrata carga en estas elecciones es precisamente los porcentajes de aprobación a la gestión de Obama, que desde hace más de un año están por debajo de la línea de flotación.
En el Senado, los Demócratas tienen 53 bancas contra 45 de los Republicanos, además de otros dos legisladores de origen Demócrata pero que se consideran independientes.
Una dura pendiente
La aprobación a Obama ha caído a niveles tan bajos que será «una subida increíblemente difícil para los candidatos Demócratas que buscan la reelección», dijo Neil Newhouse, un analista ligado al partido Republicano.
Los Demócratas consideran ya perdidas tres bancas (Montana, Dakota del Sur y Virginia Occidental), y con ello los Republicanos están a apenas tres butacas de conseguir su objetivo.
La disputa se decidirá en Alaska, Arkansas, Colorado, Iowa y Luisiana. Si los Demócratas no logran imponerse en la mayoría de ellos, perderán el control de Senado, que plantea a Obama un escenario muy difícil por delante.
«Será al filo de un cuchillo», apuntó el estratega Demócrata Stanley Greenberg.
Para conseguir el dominio del Congreso, los Republicanos martillean con la necesidad de crear más puestos de trabajo o más seguridad en la frontera con México, pero sobre todo se concentran en un tema fundamental: la reforma del sistema de salud, el llamado ‘Obamacare’.
Promesa de campaña de Obama que allanó su camino a la Casa Blanca en 2008, la reforma del sistema de salud es vista por los Republicanos como una medicina socialista.
Liderazgo constante
En el plano externo, las cartas de los Republicanos se concentran en criticar las reacciones de la Casa Blanca ante los dos principales temas de la agenda: el surgimiento y fortalecimiento del grupo radical Estado Islámico (EI), y la reciente epidemia de Ébola.
Un sondeo realizado en septiembre por la cadena de televisión ABC mostró que para 35% de los estadounidenses los temas más importantes son la creación de empleos y la economía. En contraste, apenas el 13% apuntó que su voto sería decidido por cuestiones internacionales.
Este panorama, sin embargo, se modifica drásticamente cuando se analizan las diferencias entre los principales partidos. Entre los Republicanos, el 42% apuntó que EI influenciará su voto, pero entre los Demócratas ese nivel es de apenas 20%.
«Me pone triste ver que la debilidad del presidente ha permitido que el EI crezca», dijo Nancy Anderson, madre de un soldado en un anuncio pago por los Republicanos. «No podemos dejar que nuestros muchachos mueran en vano», añadió la mujer, pidiendo votos por un senador Republicano.
En ese escenario, Obama ya adelantó que no pretende politizar su campaña de ataques aéreos contra el EI en Siria y en Irak, como lo había hecho el entonces presidente George W. Bush en 2002, después de la ofensiva militar de 2001.
Puesto ante la necesidad de equilibrarse en la cuerda floja, Obama trató de pasar un mensaje el jueves, al afirmar que «una cosa debe quedar muy clara: el liderazgo estadounidense es una constante en un mundo de incertidumbres».
Como apuntaron sus asesores, la comunidad internacional no pide ayuda a Pekín o a Moscú cuando es necesario poner un freno al EI o movilizar recursos para controlar la epidemia de Ébola.