Mueren siete policías en ataque en Colombia, gobierno lo atribuye a FARC y narcos
BOGOTA, (AFP) – Siete uniformados murieron este martes en un ataque contra una caravana policial en la región del Urabá, en el noroeste de Colombia, que el gobierno atribuyó a la guerrilla FARC en alianza con la banda narcotraficante Clan Usúga.
«En un ataque que según la Policía fue hecho por el Frente 58 de las FARC, en compañía con el Clan Úsuga (…), han sido asesinados siete policías», dijo el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, en una declaración en la noche del martes.
«Le he dado instrucciones a todos los comandantes de nuestras Fuerzas Militares para que arrecien la ofensiva que debemos mantener en contra de estas organizaciones. Este crimen no quedará impune», añadió.
La Policía informó más temprano del fallecimiento de siete policías luego de que el convoy en que se trasladaban fuera atacado en un área rural del corregimiento de Tierradentro, en el sur del departamento de Córdoba.
El ataque ocurrió en «una zona recóndita del departamento», dijo un oficial de la Policía de Córdoba a la AFP.
Santos ordenó al director de la Policía Nacional de Colombia, general Rodolfo Palomino, que se trasladara al sitio del atentado, al que más temprano llegaron autoridades regionales.
– Alianza contra la Policía –
Tras hacer un recorrido por la zona, Palomino informó que los policías fueron «emboscados con artefactos explosivos, con granadas y algunos de ellos que quedaron aturdidos (fueron) rematados» con tiros de gracia.
Según las investigaciones, el hecho fue perpetrado por «el Frente 58 de las FARC sirviéndole a los intereses del narcotráfico, que impulsa el Clan de los Úsuga. Todo parece indicar que se han unido precisamente para acometer esta acción en contra de la Policía», aseguró Palomino.
El responsable, que ofreció una recompensa de unos 50.000 dólares por información que lleve a la captura de los responsables, dijo a su vez que la alianza entre narcotraficantes y guerrilleros podría explicarse por recientes acciones policiales en esa zona, donde es común encontrar sembradíos de coca.
El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, también rechazó de forma especial que «las FARC anden aliadas con los criminales de las bandas» narcotraficantes y aseguró que «esto se enfrentará con la contundencia que sea necesaria».
Por su parte, la Defensoría del Pueblo, que lamentó en un comunicado el hecho, dijo que «un ataque como el ocurrido esta mañana con ráfagas de fusil y explosivos no convencionales, no es justificable en el marco del conflicto armado» que azota a Colombia desde hace más de medio siglo.
A la vez que advirtió el riesgo que corre la población civil en medio del accionar armado y develó que hace pocos días en la zona donde ocurrió el atentado ya se había dado un hostigamiento contra la estación de policía.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), principal guerrilla del país con unos 8.000 combatientes, adelantan desde noviembre de 2012 diálogos de paz en Cuba con el gobierno de Santos para poner fin al conflicto armado.
Sin embargo, las negociaciones se dan sin que se haya acordado un cese al fuego en Colombia, ya que Santos considera que éste sería aprovechado por la guerrilla para fortalecerse.
La geografía del Urabá ha sido históricamente apetecida por grupos armados. Fronteriza con Panamá, con áreas montañosas, selváticas y aisladas de los centros de poder, esta región ha sido una zona convulsionada desde hace décadas.
Las FARC operan desde los años 1960 en el territorio, donde también hay intensa actividad de milicias ilegales de extrema derecha y de bandas de narcotráfico, como el Clan Úsuga, que aprovechan la cercanía a centros de producción de droga y su salida al océano Atlántico.
El conflicto armado colombiano, en el que han participado además de guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha, bandas criminales y agentes del Estado ha dejado unos 220.000 muertos y más de 5,3 millones de desplazados por la violencia, según cifras oficiales.