Muere Peret, el padre de la rumba catalana
MADRID, (AFP) – El carismático cantante y guitarrista español Pere Pubill, más conocido como Peret, padre de la popular rumba catalana, falleció este miércoles a los 79 años, tras haber llevado esa particular mezcla de mambo y rock and roll por los escenarios de medio mundo.
Autor de popularísimas canciones como «Una lágrima», «Borriquito» o «Canta y sé feliz», Peret murió de cáncer.
Fue coetáneo del también catalán Joan Manuel Serrat o los andaluces Paco de Lucía y Joaquín Sabina, todos ellos revolucionarios del panorama musical español durante el franquismo y la transición democrática.
«Hacia las dos de la tarde (12:00 pm GMT) ha fallecido en la clínica Quirón» de Barcelona, donde llevaba unos diez días ingresado «en estado grave», informó a la AFP su mánager Joan Planas, que acababa de llegar al centro médico donde estaba reunida la familia del artista.
El propio Peret había anunciado su enfermedad un mes antes, anulando sus conciertos.
«Estoy siguiendo el tratamiento correspondiente, y los médicos me aseguran que no tardaré mucho en subirme de nuevo a los escenarios, que es lo que más me gusta en el mundo», había afirmado el 30 de julio, mientras ultimaba el lanzamiento de un nuevo disco.
«Por experiencia sé que una enfermedad como esta hay que afrontarla con entereza y optimismo. ¿No era acaso yo quien cantaba que es preferible reír que llorar y que así la vida se debe tomar?», agregaba con el buen humor que le caracterizaba.
Nacido el 24 de marzo de 1935 en Los Corrales, un pequeño asentamiento gitano en la localidad catalana de Mataró, unos 30 km al norte de Barcelona, era conocido como el mayor exponente de la rumba catalana, un género musical surgido en la España de los años 1950 que mezclaba ritmos endiablados con un carácter esencialmente pop.
Fue «fruto de una idea suya bien ingeniosa: unir el mambo y el rock and roll», explica la biografía publicada en su página web.
«Del rock Peret tomó prestado el ritmo, del mambo (por extensión de la música cubana y caribeña) se quedó con la armonía y con esos metales que él intentó trasladar a las cuerdas de su guitarra española, no flamenca», agrega.
– Golpeo y giro de guitarra –
Golpeando la madera a modo de percusión inventó una técnica que más tarde sería bautizada como «el ventilador». Y una característica forma de girar la guitarra, dándole dos rapidísimas vueltas sobre sí misma.
«Lo suyo era algo nuevo, distinto, con lo que se distanciaba de la rumba flamenca que se practicaba en algunos barrios de Barcelona», afirma su biógrafo Juan Puchades.
«Luego, junto a sus amigos de la calle de la Cera (Chacho Valentí, El Serdo, Toni Valentí, Joanet…) puso en práctica otra idea que le venía rondando por la cabeza: crear unas palmas completamente distintas a lo conocido, palmas perfectamente medidas y ejecutadas, que funcionaran como un inédito y humano instrumento percusivo», explica.
«Así nació la rumba catalana, en el barrio del Portal de Barcelona», concluye.
En 1992, la «Gitana hechicera» de Peret se convirtió en uno de los himnos de la Barcelona olímpica y, junto a músicos como Los Amaya y Los Manolo, el cantante ofreció una fiesta rumbera en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos.
Tras haber debutado a los 12 años como guitarrista junto a una prima en el Teatro Tívoli de la capital catalana, grabó sus primeros temas en 1962, pero fue su participación en 1967 en el Midem de Cannes, en el sur de Francia, la que le abrió la puerta a los mercados internacionales con actuaciones en Europa y Latinoamérica.
A principios de los años 1970, su canción «Borriquito» arrasó en varios países europeos.
Como muchas de las estrellas de la música en la España de aquella época, Peret protagonizó un puñado de películas, entre ellas «A mí las mujeres, ni fu ni fa» (1971) de Mariano Ozores y «Amor a todo gas» (1969) de Ramón Torrado.