Miles de niños de Ciudad de México piden «Que venga Malala» para mejorar educación
México, México | AFP. Unos 18.000 niños de la capital mexicana escribieron cartas a la pakistaní Malala Yusafzai, quien recibió el Nobel de la Paz a los 17 años en 2014, para pedirle que visite México para hablar sobre la falta de acceso a la educación, informaron este lunes los organizadores de la propuesta.
«Lo que le propusimos a Malala es que su visita sirviera para visibilizar el problema de que (muchos) niños en México no van a la escuela por violencia», dijo en conferencia de prensa Mara Robles, secretaria de Educación de Ciudad de México, al presentar el cómic infantil «Que venga Malala» en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
Con una escritura a dos tiempos, el cómic relata la historia de los miles de niños mexicanos que no pueden asistir a la escuela por violencia o discriminación, mientras cuenta la historia de Malala, quien con solo 11 años escribió un blog sobre el miedo que los talibanes impusieron en su comunidad y la imposibilidad de las niñas de asistir a clases.
Unos 40.000 ejemplares de la historieta fueron repartidos a niños en escuelas y museos de la capital mexicana, y 18.000 de ellos decidieron escribir cartas a Malala para pedirle que viaje a México.
«¿Qué se siente que te den un disparo?», le preguntó un niño a Malala en su carta, comentó Robles durante una reunión con corresponsales extranjeros.
Más de 100 escuelas de la periferia de Acapulco, un turístico puerto mexicano ubicado en el convulsionado estado de Guerrero (sur), son custodiadas desde hace más de un mes por un millar de soldados ante los 21 asesinatos, 10 secuestros y numerosas extorsiones registrados sólo en 2014 contra los profesores de la zona.
Este inédito despliegue fue la única manera de convencer a los docentes de volver a las aulas, terminando con un paro de dos meses que dejó a 31.000 estudiantes sin clases.
En otras partes del país, muchos niños migrantes, indígenas y niñas se quedan sin ir a la escuela por discriminación.
Si Malala viajara a México, quedaría en evidencia la realidad de estos «exiliados de la posibilidad del conocimiento», apuntó José Luis Aguilera, guionista del cómic.
– Malala, «una inspiración» –
Alzar la voz contra el terror talibán tuvo un alto costo para Malala.
El 9 de octubre de 2012, islamistas radicales irrumpieron en el autobús escolar en el que la joven de 14 años volvía a su casa después de las clases en Mingora, al norte de Pakistán. Uno de ellos preguntó: «¿Quién es Malala?», y luego le disparó un balazo a quemarropa en la cabeza. Increíblemente, el proyectil no acabó con su vida.
Así nació la leyenda Malala, quien se convirtió en una incansable defensora de la paz y la educación de los niños, lo que le ha traído premios como el Sajarov del Parlamento Europeo a la libertad de conciencia y el Nobel de la Paz el año pasado.
«Queremos que Malala sea una inspiración» para los mexicanos, comentó Robles.
De los 29,3 millones de niños, niñas y adolescentes de 5 a 17 años que viven en México, 2,5 millones trabajaban y un 2,1 millones no asisten a la escuela, por falta de recursos económicos, por motivos laborales o de discriminación, según el último reporte (2013) del oficial Instituto Nacional de Geografía y Estadística.
Robles recalcó la importancia que tendría la presencia de Malala en la Segunda Conferencia Internacional de la UNESCO sobre Ciudades del Aprendizaje, que se celebrará el próximo 7 de mayo en México.
Sin embargo, «la gran victoria» de la joven Nobel de la Paz, su educación, le impide viajar en esas fechas porque se encontrará presentando sus exámenes, añadió Robles, sonriente, al mostrarse optimista sobre una visita más adelante.