Miami reconoce a organización que devuelve venezolanos deportados a EEUU
MIAMI, (AFP) – La ciudad de Miami reconoció este jueves a una organización que se dedica a regresar a venezolanos deportados que dejan familia en Estados Unidos, en una ceremonia a la que asistió una mujer que se reencontró con sus dos hijas tras cinco años.
«Para la ciudad de Miami, que es la puerta de las Américas, es un honor proclamar el día de hoy (jueves) como día de Amavex», dijo el alcalde de Miami, el cubanoestadounidense Tomás Regalado, en referencia a la Asociación de Madres y Mujeres Venezolanas en el Exilio.
En la ceremonia en el ayuntamiento de Miami, Florida (sureste de EEUU), estuvieron presentes María José Urdaneta y Juan Correa, dos de los venezolanos deportados que Amavex logró retornar a Estados Unidos, brindándoles representación legal y contactando a congresistas locales para lograr su respaldo.
Tras haber sido deportada en octubre de 2009, Urdaneta, de 39 años, regresó este jueves a Miami, donde pudo reunirse con sus dos hijas, de 11 y 7 años, quienes habían vivido los últimos cinco con su abuela en esta ciudad.
«Me siento feliz, completa, llena», dijo a la AFP Urdaneta, expulsada cuando le fue denegado el asilo político que había solicitado junto a su madre en 2002, cuando llegaron a Estados Unidos huyendo de la situación política en Venezuela.
En Venezuela, Urdaneta vivió con familiares en Maracaibo (oeste).
Precisamente la situación en Venezuela, que enfrenta una crisis de inflación, desabastecimiento y escasez de divisas, tras años de alta polarización política, es la que alega Amavex para lograr que las autoridades estadounidenses reviertan las órdenes de deportación.
«Cada día la situación empeora y ahí tenemos la oportunidad de demostrar que en este momento no es viable que una familia sea dividida para colocar a un familiar en un país que no le brinda seguridad de ningún tipo», dijo Helene Villalonga, la presidenta de Amavex.
Juan Correa, que regresó en 2011, es hijo de Villalonga.
Al menos 100.000 venezolanos, muchos de ellos llegados durante los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, viven en Florida, cerca de la mitad de ellos en Miami.