Mercosur sostiene que no hay otro camino que integrarse a Latinoamérica, Europa y Asia
Paraná, Argentina | AFP. Los presidentes del Mercosur reafirman este miércoles en una cumbre en la ciudad argentina de Paraná que no conciben otro camino frente a las crisis que integrarse al resto de Latinoamérica, Asia y Europa.
El Mercosur, cuarto bloque económico mundial, crea una «ciudadanía mercosuriana» al estilo europeo y condena las agresiones de los grupos financieros especulativos conocidos en los mercados como «fondos buitre», según aprobaron los cancilleres el martes.
La nueva presidenta rotativa del bloque será la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien llegó en visita relámpago de tres horas a esta ciudad en plena pampa húmeda, agrícola, turística, comercial, a orillas del caudaloso río Paraná, 500 km al norte de Buenos Aires.
«¡No podemos fallar!. Está prohibido fallar en la integración. Si no lo hacemos nosotros, no lo hará nadie», dijo sin evitar el tono dramático el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al arribar de madrugada.
El gobierno venezolano atraviesa dificultades por la tremenda caída del precio del petróleo, fenómeno que puede desbaratar las cuentas del país.
Bolivia en la puerta
La unión sureña tiene la voluntad de sumar plenamente a un sexto miembro, Bolivia, cuyo presidente, Evo Morales, fue la figura carismática que impactó a los paranaenses.
Con su tradicional chaqueta indígena apareció en plazas fuera de la «zona de exclusión» de la cumbre patrullada por 5.000 policías y helicópteros, jugó al fútbol en un club y recibió un doctorado honoris causa en un histórico teatro colmado.
«Paciencia», dijo cuando le recordaron a Morales que aún faltan los parlamentos de Paraguay y Brasil para darle luz verde a la entrada de Bolivia.
«Buscamos la integración social y económica y la libre circulación de ciudadanos», dijo el canciller argentino, Héctor Timerman, portavoz del plan «ciudadano del Mercosur».
– No hay destino sin bloque –
En un día radiante en la primavera austral, la 47 Cumbre sesiona en la Vieja Usina, una antigua estación de electricidad convertida en centro cultural y teatro, rodeado de arboledas de ceibos, sauces y pinos.
El propósito declarado de los gobernantes es reafirmar que todo sería peor sin la existencia del bloque, que se encuentra sumido en un estancamiento.
El comercio global entre los socios creció de 13.000 a 50.000 millones de dólares entre 2003 y 2013, según cifras oficiales, pero ahora la crisis lo afectó duramente y el volumen de exportaciones intrazona cayó de 16% a 13% en los últimos cuatro años.
Uruguay y Paraguay claman por un permiso de manos libres para firmar acuerdos comerciales fuera de la unión aduanera.
No es cómoda la situación de los gobernantes, con Rousseff bajo la presión del escándalo por la corrupción en el gigante Petrobras y tampoco de la argentina Cristina Kirchner, en el último año de mandato, sin delfín ni posibilidad de reelección.
Avances menores produce el bloque al firmar preacuerdos de integración con Rusia, Kazajistán y Bielorrusia, además de otro con Líbano y Túnez.
Morales y el canciller venezolano, Rafael Ramírez, dispararon al unísono contra Estados Unidos, al afirmar que «la baja del petróleo es una clara agresión económica contra Venezuela y Rusia. Vamos a enfrentarla», indicaron.
Condenas por agresiones
Venezuela propone condenar las sanciones de Estados Unidos contra altos funcionarios por supuestas violaciones a los derechos humanos en las protestas a comienzos de enero de 2014, pero aún no hay acuerdo en cómo pronunciarse.
Argentina logró incluir en la agenda la denuncia de otra agresión, la de los fondos especulativos que le reclaman pagar el 100% de una deuda, con respaldo de fallos judiciales en Estados Unidos, a tal punto de provocarle este año un ‘default selectivo’ del que no ha podido salir.
En el escenario de la Vieja Usina no se esperan reuniones bilaterales, ni siquiera una entre Rousseff y Kirchner, pese a los roces comerciales entre Brasil y Argentina con un intercambio de productos en franco descenso.