Manifestantes de Hong Kong rechazan interrumpir concentraciones
HONG KONG, (AFP) – Los militantes prodemocracia seguían muy movilizados en Hong Kong este miércoles, día de la fiesta nacional china, y hacían oídos sordos a los reiterados llamamientos del jefe del Ejecutivo local para que cesen el movimiento.
«Plenamente sensibilizado», el secretario norteamericano de Estado, John Kerry, debe discutir de la crisis política actual en Hong Kong con su homólogo chino, Wang Yi, en el transcurso de una reunión prevista el miércoles en el Departamento de Estado, anunció el martes la diplomacia estadounidense.
Transcurrida la tercera noche de concentración, los manifestantes empezaron a acudir a la plaza Golden Bauhinia, lugar histórico muy simbólico donde debe tener lugar la ceremonia de la bandera para marcar el 65º aniversario de la fundación de la República popular de China.
Importantes fuerzas policiales estaban desplegadas en las inmediaciones de esta plaza, donde se esperaba la presencia de varios responsables del Partido Comunista y el jefe del Ejecutivo hongkonés, Leung Chun-ying.
Miles de manifestantes desafiaron el mal tiempo la noche del martes al miércoles en Central y Admiralty, el pulmón financiero de la ciudad, no lejos de la sede del gobierno local, justo antes de los dos días festivos que conmemoran la victoria de los comunistas sobre los nacionalistas y la proclamación de la República Popular de China en 1949.
Las tormentas estallaron en la ciudad a primera hora de la noche y los manifestantes tuvieron que abrir de nuevo los paraguas multicolores desplegados el domingo contra los lacrimógenos y el gas pimienta de las fuerzas policiales, lo que le valió al movimiento el nombre de «revolución de los paraguas» en las redes sociales.
«Nos hemos pasado una semana aguantando los asaltos del sol y del gas pimienta, podemos soportar la lluvia. Nada puede pararnos», aseguraba Choi, un estudiante de primer año de facultad.
Los manifestantes han jurado que ocuparán el corazón de la ciudad hasta que las autoridades de Pekín concedan las reformas políticas prometidas tras la retrocesión a China de esta ex colonia británica en 1997.
Los manifestantes reclaman en particular un sufragio universal sin cortapisas, y rechazan que en las elecciones de 2017 Pekín mantenga el control sobre los candidatos a jefe del gobierno local.
Los estudiantes se fueron a sus casas la mañana del martes para descansar, comer algo y lavarse, después de bloquear por segunda noche consecutiva varios barrios, cruces y arterias vitales de Hong Kong, región administrativa especial (SAR) con amplia autonomía pero cuyas pautas políticas se deciden en Pekín. Por la noche regresaron en masa.
– «Actividades ilegales» –
El jefe del Ejecutivo de Hong Kong instó a Occupy Central, la principal organización prodemocracia, a cesar de «inmediato» el movimiento y permitir que la ciudad recobre un funcionamiento normal.
«Los fundadores de Occupy Central dijeron en varias ocasiones que si el movimiento se volvía incontrolable, pedirían su cese. Les pido ahora que respeten su compromiso y pongan fin inmediatamente a su campaña», declaró Leung Chun-ying, que hablaba por primera vez desde los incidentes del domingo.
La confrontación entre manifestantes y fuerzas antidisturbios degeneró cuando la policía disparó gases lacrimógenos y gas pimienta.
China transmitió este martes su apoyo «total» al ejecutivo de Hong Kong.
«Apoyamos completamente al gobierno de la región autónoma especial de Hong Kong para tratar este problema» de las «actividades ilegales» relacionadas con las manifestaciones, declaró la portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Hua Chunying.
«Los asuntos de Hong Kong son asuntos internos chinos. Invitamos encarecidamente a la prudencia a las partes exteriores y a no injerir de ninguna manera», añadió.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, admitió que se trata de un asunto interno «chino» pero pidió a ambas partes a que resuelvan «pacíficamente» su litigio.
Londres insto a iniciar discusiones «constructivas» y Washington – inmerso en una guerra de influencia comercial, política y diplomática con Pekín en Asia- pidió prudencia a ambas partes.
El viceprimer ministro británico, Nick Clegg, anunció el martes que convocaría esta semana al embajador chino en Londres para «expresarle su inquietud y consternación».
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, también abogó por un «diálogo pacífico» entre manifestantes y autoridades en Hong Kong, al tiempo que expresaba su «adhesión» al derecho de manifestación.
– Chine, «actor responsable» –
Decididos a capitalizar la movilización estudiantil, los dirigentes de Occupy Central rechazaron los llamamientos del número uno hongkonés.
«Si Leung Chun-ying anuncia su dimisión, esta ocupación cesará, al menos provisionalmente», declaró su cofundador, Chan Kin-man.
Tildados de «extremistas políticos» por la prensa oficial china, los estudiantes de Hong Kong son el motor de la campaña de desobediencia civil lanzada para denunciar lo que muchos hongkoneses perciben como un control creciente de los asuntos locales por Pekín.
El presidente chino Xi Jinping aprieta a la disidencia desde hace casi dos años y quiere evitar todo contagio democrático.
«Es difícil no temer una repetición de la represión sangrienta de hace 25 años contra las manifestaciones de Tiananmen», estimaba por su parte el martes The New York Times en un editorial.