Malala, Modiano y Tirole entran en la familia del Premio Nobel
Oslo | AFP | La adolescente paquistaní Malala, que ya era la niña mimada de los medios de comunicación, y los franceses Patrick Modiano y Jean Tirole recibirán sus Premios Nobel el miércoles, respectivamente en Oslo y Estocolmo.
Malala, la galardonada más joven de la historia del Nobel, y el indio Kailash Satyarthi, compartirán el Premio de la Paz que recompensa su combate en favor de los niños. Modiano recibirá el Nobel de Literatura por sus libros sobre la vida en Francia durante la ocupación nazi, y Tirole el de Economía por sus obras sobre la regulación en una economía liberalizada.
«Fue una sorpresa. Hubo como un desdoblamiento, me convertí en un espectador de lo que me sucedía, pero poco a poco todo volvió a la normalidad», declaró el novelista francés el sábado en una rueda de prensa en Estocolmo.
Modiano, que a sus 69 años intenta superar su dificultad de hablar en público, deberá acostumbrarse a la celebridad internacional. «Uno se adapta poco a poco a estos asombrosos acontecimientos», dijo.
Su premio, así como el de Tirole, convierten a esta edición Nobel en un acontecimiento extraordinario para los franceses, alegrando a un país deprimido por la situación económica y el desempleo.
Jean Tirole, el tercer francés que recibe el Nobel de Economía, también se ha convertido súbitamente en una voz importante. Sus opiniones sobre la economía francesa, sumida en la crisis, son estudiadas cuidadosamente.
Tras haber criticado el mercado laboral de Francia, «bastante catastrófico», este economista de 61 años, profesor en la Toulouse School of Economics, hizo un llamamiento para realizar reformas, invitando a Francia a seguir los ejemplos de Suecia y Alemania.
– Exponen uniforme escolar de Malala –
Malala Yousafzai, la benjamina de la familia Nobel que sólo tiene 17 años, ya se había hecho famosa antes de ser galardonada con el premio de la Paz.
Esta adolescente paquistaní, odiada por los talibanes, se impuso como un ícono mundial del derecho de las niñas a la educación.
Su militancia estuvo a punto de costarle la vida. El 9 de octubre de 2012, talibanes paquistaníes interceptaron su autobús escolar en su valle natal de Swat y le dispararon una bala en la cabeza, acusándola de atacar al islam.
A pesar de estar gravemente herida, sobrevivió milagrosamente después de haber sido atendida en Birmingham, Gran Bretaña, donde vive actualmente.
Por primera vez desde que intentaron asesinarla, el uniforme escolar que llevaba Malala será expuesto, todavía manchado de sangre, en el Centro Nobel de Oslo esta semana.
«Mi uniforme escolar es muy importante para mí, porque lo llevaba cuando iba al colegio. El día que fui atacada vestía ese uniforme. Estaba luchando por mi derecho de ir al colegio, estaba luchando por mi derecho a tener una educación», afirmó.
Malala comparte su premio y su fama con Kailash Satyarthi, mucho menos conocido por el gran público y que desde hace décadas rescata a los niños y las mujeres de las fábricas indias, donde son tratados como esclavos.
«Tengo la esperanza de que [el trabajo infantil] desaparecezca durante mi vida», explicó este indio de 60 años en una entrevista con la AFP en octubre.
Los dos premios nobeles de la Paz son ciudadanos de los dos «hermanos enemigos», India y Pakistán, que se enfrentan desde hace casi 70 años por la cuestión de Cachemira.
Durante la atribución del premio, el 10 de octubre, Malala y Satyarthi pidieron a sus respectivos dirigentes que asistieran a la ceremonia de entrega en Oslo el miércoles, con la esperanza de disminuir las tensiones. Pero su invitación no fue escuchada.
El Premio Nobel, que consiste en un diploma, una medalla de oro y un cheque de 8 millones de coronas suecas (862.00 euros), será entregado también a dos norteamericanos y un alemán en Química, a dos japoneses y un estadounidense de origen nipón en Física, y a una pareja de noruegos y un norteamericano-británico en Medicina.