Los separatistas prorrusos quieren movilizar a unos 100.000 combatientes
Donetsk, Ucrania | AFP. Los separatistas prorrusos prometieron este lunes movilizar a 100.000 combatientes para extender su ofensiva en el este de Ucrania, mientras Estados Unidos meditaba el envío de armas a las fuerzas de Kiev, tras el fracaso de las últimas negociaciones sobre un alto el fuego.
Los rebeldes anunciaron su ambicioso plan para ampliar un conflicto que dejó al menos 5.100 muertos en nueve meses, mientras luchaban por rodear y tomar la ciudad estratégica de Debaltseve, que conecta las capitales separatistas de Donetsk y Lugansk.
«Habrá una movilización general en la [autoproclamada] República Popular de Donetsk en los próximos 10 días, planeamos movilizar a 100.000 hombres», declaró el dirigente de la región rebelde, Alexandre Zajarchenko, a la agencia separatista DAN.
Según el portavoz del ejército ucraniano, Andri Lysenko, el anuncio de Zajarchenko «significa que los rebeldes no tienen efectivos humanos y que no llegaron a alcanzar sus objetivos», es decir, la toma de Debaltseve.
Pero, para Sergui Zgurets, un experto militar independiente en Kiev, este anuncio podría presagiar la llegada de importantes refuerzos desde Rusia, cuyo gobierno desmiente cualquier implicación en el conflicto.
«Las repúblicas separatistas no tienen los medios para movilizar a tantos hombres, si no es con mercenarios rusos», subrayó.
Según otro analista ucraniano, Olexandre Sushko, a Rusia, que participa junto a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en las negociaciones de paz de Minsk, «no le interesa negociar un alto el fuego antes de infligirle una importante derrota militar a Ucrania para poder dictar estas condiciones».
Los combates se han intensificado en los últimos días en el corazón industrial de Ucrania, donde murieron cinco soldados de Kiev y al menos siete civiles en 24 horas.
Los dirigentes separatistas dijeron el lunes que 242 civiles y 92 de sus combatientes murieron en enero. Otros 411 combatientes resultaron heridos.
Más de 50 personas perdieron la vida en los enfrentamientos durante el fin de semana, mientras el sábado fracasaba el último intento de encontrar una salida al conflicto en Minsk.
En Donetsk, bastión de los separatistas, el anuncio de una movilización general sorprendió a los habitantes. «No me lo creo mucho. O es falso, o se ha dicho para los medios ucranianos», opina Alexandre, un joven de 28 años que apoya a los separatistas.
Vitali, un diseñador web de 24 años, estima por su parte que estas iniciativas «llevan a un callejón sin salida».
– Apoyo letal –
La escalada de violencia se produce mientras Washington y la OTAN parecen plantearse suministrar armas a las fuerzas ucranianas, informó el New York Times el domingo.
El gobierno estadounidense estudiaba la posibilidad de proveer «apoyo letal», además de la ayuda no letal como chalecos antibalas y material médico que ya proporciona a Kiev, indicó el diario norteamericano.
«Es necesaria una estrategia global, y estamos de acuerdo en que el material defensivo y las armas deberían formar parte de esa discusión», declaró un oficial del Pentágono al New York Times.
«Ninguna opción está sobre la mesa, (pero) ninguna está excluida. Una discusión está en curso», respondió este lunes al diario la portavoz del departamento de Estado Jennifer Psaki en rueda de prensa.
«Nos reservamos el derecho de revisar toda una gama de opciones», añadió prudentemente la funcionaria.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, viajará el jueves a Kiev para reunirse con el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, y el primer ministro, Arseni Yatseniuk.
Asimismo, un informe estadounidense independiente, redactado por varios grupos de expertos, urge a Estados Unidos a enviar a Ucrania armas por un valor de tres millones de dólares, entre ellas, drones de reconocimiento y misiles anticarro.
«Otros miembros de la OTAN deben ayudar a equipar a las tropas ucranianas con antiguos equipamientos soviéticos, compatibles con aquellos del ejercito ucraniano», añade este informe, redactado por ex altos responsables de la Alianza Atlántica y embajadores de Estados Unidos y Ucrania.