Indonesia rehúsa pedido de Rousseff para detener ejecución de brasileños
Brasilia, Brasil | AFP | Indonesia rechazó el pedido de la presidenta Dilma Rousseff de detener «por razones humanitarias» la ejecución de dos brasileños condenados a muerte por narcotráfico en el país asiático, informó este viernes el gobierno.
«Como jefe de Estado y como madre», Rousseff pidió a su homólogo indonesio, Joko Widodo, detener las ejecuciones previstas de dos ciudadanos brasileños presos por intentar ingresar droga al país hace diez años.
Marco Archer Cardoso Moreira, de 53 años, será fusilado en la madrugada de este domingo junto a otros cinco presos.
La presidenta afirmó «tener conciencia de la gravedad de los crímenes cometidos por los brasileños» y dijo respetar la soberanía del sistema judicial indonesio. No obstante, realizó el pedido por «razones eminentemente humanitarias», señala un comunicado oficial.
Widodo, por su parte, reiteró a Rousseff que no puede conmutar la sentencia porque ya fueron agotados todos los recursos jurídicos previstos en la ley de su país, según recoge la nota.
La presidenta de Brasil lamentó la decisión y advirtió que la misma «tendrá una repercusión negativa en la relación bilateral».
La ONG Amnistía Internacional repudió las ejecuciones y pidió detenerlas «de inmediato».
«El nuevo gobierno de Indonesia asumió sus funciones con la promesa de mejorar el respeto de los derechos humanos, pero si lleva a cabo estas ejecuciones la incumplirá», señaló en un comunicado Rupert Abbott, director de Investigación de la organización para la región del sureste asiático y el Pacífico.
– «Llora mucho», dice su abogado –
Moreira, un exinstructor de vuelo de 53 años, fue condenado en 2004 por ingresar más de 13 kg de cocaína en los tubos de un ala delta.
Su abogado asegura que el hombre está abatido y no logra aceptar que será ejecutado. «Llora mucho», aseguró el defensor Utomo Karim al portal de noticias G1 de Globo.
Karim relató que su cliente se encuentra aislado, bajo supervisión psiquiátrica y que una tía llegará a verlo antes del domingo.
El gobierno de Indonesia negó en dos ocasiones el pedido de clemencia del brasileño, el último en diciembre de 2014, y será ejecutado el domingo junto a otros cinco condenados de Malawi, Vietnam, Nigeria e Indonesia. Son los primeros fusilados bajo el gobierno del presidente Widodo.
En tanto, el brasileño Rodrigo Muxfeldt Gularte (42), también preso desde hace diez años por ingresar cocaína al país, será ejecutado en febrero, según publicó el diario Folha de Sao Paulo esta semana.
La legislación indonesia en materia de narcotráfico es una de las más severas del mundo. Es un delito castigado con la pena de muerte o la prisión perpetua.
Lejos de adoptar una línea más flexible, el gobierno de Widodo prometió «tolerancia cero» con estos criminales.
«Esto enviará un mensaje a los miembros de grupos narcotraficantes, no hay piedad para los vendedores y traficantes de drogas», dijo el fiscal general de Indonesia a periodistas al anunciar las ejecuciones esta semana.