En busca de los restos de Cervantes 400 años después de su muerte
MADRID, (AFP) – Cerca de 400 años después de su muerte, un grupo de científicos emprenderá el lunes la búsqueda de los restos del escritor Miguel de Cervantes en la iglesia donde fue enterrado, en el corazón de Madrid.
La primera fase de esta búsqueda del autor de «El Quijote» comenzará el lunes con un georradar para tratar de localizar las posibles zonas donde pudiera estar enterrado el escritor.
«El radar no te puede decir si es el cuerpo del escritor, pero sí te puede señalar el lugar de enterramiento», dijo este viernes el técnico, Luis Avial, que se encargará de esta primera fase de la investigación, que cuenta con el apoyo del ayuntamiento madrileño.
Nacido en 1547 en la ciudad universitaria de Alcalá de Henares, cerca de Madrid, el escritor vivió sus últimos años en el conocido ahora como Barrio de las Letras de Madrid, en homenaje a sus célebres habitantes: Cervantes, Lope de Vega y los dos grandes rivales literarios del Siglo de Oro, Francisco de Quevedo y Luis de Góngora.
Fallecido el 22 de abril de 1616, fue enterrado en la iglesia del Convento de San Ildefonso de las Madres Trinitarias el día 23, fecha que ha quedado como la oficial de su muerte, dado que en esa época se consignaba el entierro como fecha del óbito.
La iglesia y el convento se conservan casi 400 años después de su muerte y en la primera es donde los científicos iniciaran la búsqueda de los restos, que se puede ver dificultada por el hecho de que Cervantes no es el único que fue enterrado ahí.
«Quince personas están enterradas ahí», explicó el historiador Fernando de Pardo, entre ellas, un niño o el que fuera el casero de Cervantes.
Área de búsqueda
De Pardo explicó que el rastro de Cervantes se pierde por remodelaciones de la iglesia y porque cuando murió «no era nadie».
«Hemos delimitado una zona lógica de búsqueda. Parece lógico que si fue enterrado ahí, lo fuera en el subsuelo de la iglesia», explicó el antropólogo forense, Francisco Etxeberria, quien apuntó que podrían dar una especial atención a la sacristía.
En esta dependencia «hay una puerta sellada con un candado. Hay acceso a hueco que podría ser la cripta, y es lógico bajar a esa cripta y revisarla bien», afirmó.
Si se encuentran los restos, la identificación de los mismos no se hará por ADN, porque la única descendencia actual de la familia de Cervantes proviene de su hermano Rodrigo «y después de doce generaciones el ADN que pudiera tener con en común con Cervantes es mínimo», dijo de Pardo.
Etxeberria explicó que trataran de identificarlo por posibles secuelas físicas.
El manco de Lepanto
«El mismo Cervantes se define como cargado de espaldas, probablemente tendría una atrosis, con una nariz curva, y describe, cerca de su muerte, que sólo tiene seis dientes en la boca», explicó el antropólogo.
Así, «buscamos un varón, que tenga cerca de 70 años, que le falten muchos dientes, con artrosis en la espalda», además de las secuelas de las heridas que sufrió en la batalla de Lepanto.
En esa legendaria batalla naval, que la Santa Alianza ganó a los turcos en 1571, Cervantes recibió dos heridas en el pecho y una en la mano izquierda, que le quedó inútil, por lo que fue conocido como «el manco de Lepanto».
«No tenía funcionalidad en la mano. Se le quedó atrofiada» y eso también deja rastro en los huesos, explicó Etxebarria, señalando que no se le amputó la mano.
El proceso entero de búsqueda, prospección y análisis de restos en caso de encontrarlos «es una cuestión de meses», advirtió el antropólogo forense.
La primera fase tendrá un coste de 12.000 euros, dijo el historiador Fernando de Pardo, quien señaló que «se calculó un coste para todas las fases de en torno a los 100.000 euros».
Si se encuentran los restos, la idea es que Cervantes «siga enterrado en la iglesia, pero con una placa que diga que está ahí», concluyó de Pardo.