El ex presidente catalán Jordi Pujol niega ser un político corrupto
BARCELONA, (AFP) – El histórico líder nacionalista Jordi Pujol, presidente regional de Cataluña durante 23 años, negó este viernes ser un político corrupto ante el parlamento regional, donde compareció para explicar su confesión de haber escondido dinero en el extranjero durante décadas.
«Personalmente puedo decir, rotundamente, que yo no he sido un político corrupto», señaló el expolítico de 84 años, cuya confesión levantó sospechas de un presunto cobro de comisiones a cambio de la concesión de contratos públicos durante su época de presidente (1980-2003).
«No he recibido nunca dinero a cambio de una decisión político administrativa», se defendió ante los diputados catalanes en Barcelona.
Artífice de la recuperación del autogobierno de Cataluña después de la dictadura franquista (1939-1975), contra la que luchó llegando a pasar dos años en prisión, Pujol provocó un maremoto político en esta región inmersa en un proceso independentista liderado por su sucesor en la coalición nacionalista conservadora CiU, el actual presidente Artur Mas.
En una carta a la prensa publicada el 25 de julio, el expresidente confesó que su familia guardó durante 34 años un dinero ubicado en Andorra, pequeño principado entre España y Francia, que nunca llegó a ser declarado.
Este viernes, Pujol aclaró que la cantidad escondida era de 140 millones de pesetas de la época que su padre, un adinerado empresario de la región, dejó en Andorra a nombre de su nuera y sus siete nietos por miedo de que la carrera política de su hijo dilapidara la fortuna familiar.
«No me decidí a hacer política para ganar dinero, dinero ya tenía», explicó Pujol.
«No solo mi padre, otros amigos me advirtieron del peligro económico que comportaba la opción política y de que podía perder mucho y así fue», recordó.
La comparecencia fue solicitada a principios de septiembre por todos los partidos de la cámara regional, que tuvieron turno de réplica.
«El engaño que usted confesó causó un gran daño a la política, al catalanismo, a la Generalitat [el nombre del gobierno regional] y al país», criticó el líder socialista en la región, Miquel Iceta, pidiendo «depurar responsabilidades».
Mucho más severa se mostró la dirigente catalana del Partido Popular, en el poder en España, Alicia Sánchez Camacho: «No podemos creerlo porque ha mentido durante 30 años a todos lo catalanes y catalanas».
«Ustedes quieren impulsar una Cataluña independiente que es el único camino que les queda para la impunidad. Es lo que justifica el proceso independentista», añadió en la víspera de que el presidente catalán convoque una consulta sobre la independencia a la que su partido se opone férreamente.
Tras estas intervenciones, el expresidente, conocido por su fuerte carácter, se enervó acusando a los grupos parlamentarios de frívolos e intoxicadores y se negó a responder a más preguntas.
A raíz de su confesión pública, Pujol, erigido en símbolo del nacionalismo catalán, tuvo que renunciar a todas sus prerrogativas como expresidente regional y fundador de CiU para no dañar el proceso independentista al que se sumó tardíamente tras haber defendido durante décadas los pactos con Madrid.
Un juzgado de Barcelona abrió una investigación a raíz de una querella de la asociación ultraderechista Manos Limpias. Además, tres de sus siete hijos se encuentran bajo el foco de diferentes investigaciones judiciales.