Detención masiva de políticos en Colombia evidencia influencia paramilitar en Urabá
BOGOTA, (AFP) – La masiva detención de políticos de la región del Urabá, en el noroeste de Colombia, por sus presuntos nexos con paramilitares ligados al narcotráfico, evidencia la influencia en la zona de estas milicias de extrema derecha, pese a su desmovilización formal hace una década.
Al menos 32 políticos de esa región, limítrofe con Panamá y que incluye partes de los departamentos de Antioquia, Chocó y Córdoba, fueron capturados esta semana acusados de vinculaciones con grupos armados ilegales, muchos de los cuales acordaron con el gobierno dejar las armas entre 2003 y 2006.
«La presencia de los paramilitares en el territorio sigue casi intacta», dijo a la AFP Juan Ricardo Aparicio, antropólogo de la Universidad de Los Andes. «Sigue la intimidación hacia las organizaciones sociales, sigue la presencia armada».
Según el experto en el Urabá, las capturas ordenadas por la Fiscalía gracias a confesiones de exparamilitares representan «un desmantelamiento aparente» de ciertos poderes públicos y privados relacionados con el narcotráfico y con el control militar de la tierra.
«Estamos hablando de ejércitos organizados que han estado presentes en la región desde hace décadas, con muy fuertes intereses (…) que no van a desaparecer de un momento a otro», agregó Aparicio.
Los paramilitares surgidos en los años 1980 para combatir a las guerrillas de izquierda perpetraron numerosas masacres en todo el país, varias de ellas en el Urabá, un enclave de tierra fértil, buen clima, estratégica salida al mar y fácil acceso a Centroamérica.
– ¿Neoparamilitares o bandas criminales?
El Urabá fue uno de los bastiones de los paramilitares y sigue siendo la región donde se ubican, se refugian y actúan nuevos grupos que no tienen un objetivo contrainsurgente, como Los Urabeños, pero son más que simples delincuentes por la influencia que conservan, explicó el experto Frédéric Massé.
«Hay un debate sobre si los herederos de los paramilitares son neoparamilitares o bandas criminales», dijo a la AFP Massé, investigador del conflicto armado de la Universidad Externado. Pero en los hechos, «no hay tantas diferencias» entre las estructuras armadas antes de la dejación de armas y después, agregó.
Los Urabeños, una de las organizaciones narcotraficantes más peligrosas de Colombia, envían toneladas de droga hacia Centroamérica y Estados Unidos por el Caribe, según las autoridades
La geografía del Urabá ha sido históricamente apetecida por grupos armados. «Es una región fronteriza, con zonas montañosas, selváticas y de difícil acceso. Además, su aislamiento de los centros de poder hace que allí sea más difícil actuar contra la guerrilla o los paramilitares», dijo Massé.
La cercanía a centros de producción de droga, como el Nudo del Paramillo, y su salida al océano Atlántico también hacen al Urabá atractivo para narcotraficantes.
Además, es una zona de interés para grupos económicos con grandes plantaciones de banano y palma africana. «El Urabá no tiene huracanes y eso ha impulsado los cultivos», afirmó Aparicio.
Los paramilitares «se apropiaron de las tierras a través de las armas pero detrás siempre venía alguien a comprar las tierras, como dice ‘El Alemán'», exjefe del bloque paramilitar Élmer Cárdenas, que operaba en la zona y presuntamente tenía fuertes nexos con los políticos capturados, indicó Aparicio.
– «Quítate tu para ponerme yo» –
El Urabá siempre fue una zona convulsionada. «Desde los años 1930 hubo revueltas de campesinos, obreros que trabajaban en esas fincas bananeras. Se organizaron movimientos sindicales que incorporaron guerrillas», señaló Massé.
Hacia los años 1960 operaban dos grupos rebeldes: el desaparecido Ejército Popular de Liberación (EPL) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), actualmente la principal guerrilla de Colombia, con 8.000 combatientes.
Entre ambas había tensiones y cuando el EPL abandonó la lucha armada en 1991, las FARC empezaron a matar a algunos exintegrantes de esa guerrilla. En respuesta, muchos se unieron a los grupos paramilitares que tomaban fuerza.
«La lógica de la guerra del Urabá es quítate tú para ponerme yo», aseguró Aparicio.
Colombia vive un conflicto armado de más de medio siglo que ha dejado unos 220.000 muertos y más de 5,3 millones de desplazados, según cifras oficiales.