Costa Rica elige presidente
Solís, un historiador de 55 años que encarna la esperanza de cambio frente a la política tradicional, figura como claro favorito desde que hace un mes el oficialista Johnny Araya, de 56 años y ex alcalde de la capital San José, sorprendió abandonando la campaña electoral porque las encuestas le vaticinaban una dura derrota este domingo.
Pero Araya, del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN, de derecha), continúa siendo aspirante presidencial porque la ley prohíbe renunciar a una candidatura inscripta, por lo que su rostro aparece en las papeletas de votación junto al de Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC).
«Que sea una elección atípica, con un solo candidato activo, no le conviene a la democracia», reconoció Solís, al llamar a votar porque teme que el abstencionismo supere por mucho el promedio histórico que ronda el 30%, opaque su victoria y le reste legitimidada su eventual gobierno.
Araya llamó en las últimas horas en las redes sociales a votar «pensando en lo mejor» para el país. Aunque distanciados de él, los dirigentes del PLN han pedido el voto para salvar la honra.
«Cualquier cosa puede pasar», dijo Araya, al referirse a esta insólita campaña, llena de sorpresas.
Contra todo pronóstico, Solís, que empezó la campaña como el candidato «del margen de error», ganó la primera vuelta el 2 de febrero pasado con 30,8% contra 29,6% de Araya, pero sin alcanzar el 40% que evitaba el ballottage.
«Todos creen que la suerte está echada y que Solís será confirmado como presidente. Pero hay incertidumbre sobre el número de votos», opinó el sociólogo Manuel Rojas.
Esta vez, el candidato del PAC se puso la vara muy alta. «Hemos pedido un millón de votosy creemos que los vamos a obtener, para que después de la elección no quede duda ninguna que el pueblo de Costa Rica quería un cambio», afirmó Solís.
«Salgamos a cambiar Costa Rica»
Desconocido hasta hace pocos meses, Solís, profesor universitario y politólogo, conciliador y de trato cálido, ganó simpatías en una población que cree cada vez menos en los políticos y clama por cambios tras décadas de bipartidismo y dos gobiernos consecutivos del PLN.
Considerado el más impopular de los últimos 20 años, el gobierno de Chinchilla deja al país con un abultado déficit fiscal del 6%, una deuda interna del 60% del Producto Interior Bruto (PIB) y el nada honroso primer lugar en América Latina en crecimiento de la desigualdad en 2013.
«Salgamos a cambiar Costa Rica», invitó Solís a los electores. De ganar, sería la primera vez en más de medio siglo que llega al poder en la nación centroamericana un partido no tradicional, fundado hace 13 años para romper el bipartidismo.
Solís se unió al PAC tras renunciar en 2005 al PLN -socialdemócrata que giró a la derecha-, señalándolo como corrupto y de impulsar un modelo neoliberal que en las últimas tres décadas deterioró logros sociales que destacaban a Costa Rica.
En la actualidad promete reactivar la economía con equidad social, mejorar la deteriorada infraestructura y luchar contra la corrupción, talón de Aquiles del gobierno de Chinchilla.
«Ojalá sea un cambio de verdad. Mi voto es por él, con la esperanza de que acabe el robo y gobierne para el pueblo», afirmó José Ramírez, un empleado de restaurante de 26 años.
Pero según los analistas no la tendrá fácil. El 2 de febrero el PAC ganó sólo 13 de los 57escaños del Congreso y el PLN tiene la mayor bancada, 18; el izquierdista Frente Amplio, 9; y los restantes 17 diputados son de varias agrupaciones conservadoras.
«Necesita un importante apoyo en las urnas, que le de más fuerza a un mandato que lucedébil con una bancada legislativa pequeña. Tendrá fuerte oposición de la fracción del PLN, pero ésta seguramente enfrentará fisuras y carencia de liderazgo», dijo Rojas.