COLOMBIA: Temen que desarme de las FARC impacte en Venezuela
Llegado el momento en que el Gobierno colombiano está discutiendo la estrategia de desarme y desmovilización de los 8.000 guerrilleros que conforman las filas de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), existe el riesgo de que no todos los frentes se sumen a ese proceso y huyan para mantener sus cuotas de poder, lo que representa un potencial riesgo para la seguridad de Venezuela.
El Estado colombiano ha reconocido la necesidad de aplicar un proceso de planificación detallado para el desarme de las FARC previo a la firma de un eventual acuerdo de paz, en medio de las negociaciones que se adelantan en Cuba desde 2012.
La estrategia requeriría un plan militar y policial que evite que miles de armas de las 67 estructuras de la guerrilla alimenten el crimen organizado en Colombia y, en el peor de los escenarios, lleguen a países fronterizos como Venezuela, Perú, Brasil y Ecuador.
A esto hay que añadir la posibilidad de que no todos los guerrilleros se sumen al proceso de paz y mantengan sus nexos con redes narcotraficantes o bandas criminales (Bacrim), como ya ocurrió tras la desmovilización de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), en 2003.
«Hasta la fecha quedó demostrado que el Estado venezolano no estuvo preparado para el impacto del Plan Colombia y las consecuencias que podría tener el mismo sobre el país. El aumento de la inseguridad y la violencia en Venezuela se debe hoy en parte a esto», subraya el criminólogo venezolano Fermín Mármol García.
El Plan Colombia, una iniciativa financiada por EEUU desde 1999 para ayudar a Bogotá a luchar contra la guerrilla, trajo entre sus consecuencias que cientos de insurgentes -paramilitares, narcotraficantes y guerrilleros con armas en mano- migraran a otros destinos por la ofensiva en su contra, muchos de ellos terminando en las fronteras venezolanas.
«El Gobierno de Venezuela debe estar atento a lo que ocurra a partir de ahora en Colombia, incluso pedir garantías en cuanto a lo que se dará en ese país en materia de desarme y desmovilización», advierte Mármol García.
Jeremy McDermott, analista de temas antinarcóticos, planteaba la posibilidad de que unidades de las FARC vinculadas al narcotráfico, como los bloques Magdalena Medio, Oriental o Sur, «terminen criminalizándose por separado y expandiendo el negocio dentro y fuera de Colombia por las alianzas que han forjado».
Solo entre 2003-2012 en Venezuela fueron destruidas 322.347 armas, según el Ministerio del Interior, Justicia y Paz. Los expertos no dudan que una parte provino de bandas criminales y las FARC.
Para Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), con sede en Bogotá, «el éxodo de guerrilleros a Venezuela puede ser importante por las redes de conexión que se han establecido en el pasado, incluyendo a oficiales militares».
Más allá de que las FARC terminen comprometiéndose a desvincularse del narcotráfico, la diversificación del negocio ya es enorme.
En los últimos años se ha denunciado la presencia de las FARC en los estados Apure, Barinas y Táchira, donde cobran vacunas a los pobladores y mantienen zonas bajo su influencia. Se calcula que esta guerrilla tiene más de 32.000 armas en su poder, con 100.000 municiones de diverso calibre.
Las FARC utilizan armas de 27 naciones, entre ellas Venezuela, Ecuador y Brasil, que han sido confiscadas por las autoridades colombianas en diferentes operativos contra los insurgentes, informaba en 2009 el diario bogotano El Tiempo.
Mármol García reconoce que «Venezuela fue un corredor seguro del tráfico ilegal de drogas, armas de fuego y municiones, y nunca nos preparamos para ello. Los rebeldes consiguieron un territorio fértil para su asentamiento y hoy en día con instituciones más debilitadas el riesgo de un éxodo es más peligroso que en el pasado».
Información El Universal