Centroamérica prende luces de alerta por amenaza de virus chikungunya
SAN SALVADOR, (AFP) – Los países centroamericanos comenzaron a tomar medidas ante el inevitable avance de la chikungunya, una enfermedad viral nueva en la región y difícil de detectar por causar síntomas parecidos al dengue y que en El Salvador ha afectado a más de 1.200 personas.
En Centroamérica además de El Salvador, el ministerio de salud panameño confirmó dos casos.
«Estamos ante una nueva enfermedad en el país, pero ya estamos actuando para afrontarla», afirmó la ministra salvadoreña de Salud, Violeta Menjívar, que dijo que no se ha establecido cómo ni cuándo ingresó la enfermedad al país.
A finales de mayo pasado especialistas del Ministerio de Salud (MINSAL) detectaron los primeros 181 casos de la enfermedad en el llamado Cantón El Zapote Abajo, en la ciudad de Ayutuxtepeque, periferia norte de San Salvador.
Menjívar afirmó que una parte de las pruebas clínicas que han dado positivo a la enfermedad y que han sido efectuadas por laboratorios del MINSAL, fueron enviadas recientemente al Centro de Control de Enfermedades en Atlanta, Estados Unidos, para que «ratifique por protocolo clínico» el diagnóstico de ese mal.
– Centroamérica en alerta –
La aparición de chikungunya en El Salvador y Panamá ha hecho que las luces de alarma sanitaria se prendan en el resto de países de la región, que toman medidas para detectar el ingreso de personas portadoras del virus.
El epidemiólogo del MINSAL, Elmer Melara, advirtió que la estación de lluvias, que abrió en mayo pasado, no es una buena aliada en los esfuerzos de combate contra la chikungunya, ni contra el dengue, pues es en esta época en que prolifera más el mosquito transmisor.
En Costa Rica las autoridades saben que no podrán evitar su ingreso y han reforzado los controles en las fronteras.
«No podemos evitar que el virus de chikungunya llegue, el mal va a entrar a Costa Rica. No es posible ponerle un cedazo a todo el país, hay muchos viajes entre Costa Rica y el Caribe», indicó el médico Roberto Castro de la unidad de Vigilancia del ministerio de Salud.
Ese temor se replica en Nicaragua, donde el director de Epidemiología, Carlos Sáenz, dijo que la chikungunya es un mal que toda la población puede adquirir y tomó como ejemplo los países del Caribe en los que, afirmó, se registran 166.000 casos sospechosos, de los cuales 70.000 en República Dominicana, donde al menos 10.000 fueron confirmados.
En Guatemala el ministerio de Salud declaró una alerta preventiva ante el potencial ingreso de la chikungunya pues su vecino El Salvador reporta la mayoría de casos en el istmo.
Gustavo Barillas, portavoz del ministerio guatemalteco, dijo que en ese país no se ha registrado ningún caso de la enfermedad, pero se analizan varios casos que dieron negativo a pruebas de laboratorio por dengue y que ahora se estudia si padecen chikungunya.
En Honduras el jefe de Vigilancia Epidemiológica del ministerio de Salud, Bredy Lara, aseguró que se capacita al personal médico para que conozcan la enfermedad y puedan tratar a los eventuales enfermos.
En El Salvador, Protección Civil declaró el miércoles una alerta amarilla en siete municipios afectados por el mal: Ayutuxtepeque, Mejicanos, Cuscatancingo, Apopa, Nejapa y San Salvador, todos ubicados en el departamento de San Salvador, así como en San Ildefonso, 56 km al este de la capital.
En esos lugares se fumiga para eliminar al mosquito transmisor y se mantiene una vigilancia médica constante, sobre todo en personas que presentan fiebre, dolor de cabeza y articulaciones y una especie de alergia en la piel.
– Fácil propagación –
La chikungunya fue identificada por primera vez en Tanzania hace 60 años y en África es endémica. También se extendió a Asia, al sur de Europa (con un brote en 2007 en Italia y otro en el sur de Francia en 2010) y llegó al Caribe en 2013, con casos en Martinica y San Martín.
El asesor de la oficina de Vigilancia para la Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en San Salvador, Miguel Aragón, aseguró que la chikungunya se propaga fácilmente ante la alta proliferación de su vector: el mosquito ‘aedes aegypti’, el mismo del dengue.
«Es una enfermedad que tiene una velocidad de propagación muy rápida», señaló Aragón.
El especialista de la OPS también dijo que otro factor que permite la propagación de la enfermedad en la región es que la población no tiene ninguna inmunidad ante ella pues nunca antes se había registrado su presencia.