Bachelet fija agenda para paliar déficit energético de Chile
SANTIAGO, (AFP) – La agenda energética presentada este jueves por la presidenta Michelle Bachelet busca recuperar el papel del Estado en el sector y establecer un marco claro que brinde seguridad a inversores y ayude a bajar los altos precios de la energía en Chile.
La falta de inversión de las generadoras eléctricas en los últimos años y la baja competencia en el sector han reducido el suministro y duplicado los precios de la energía, según el diagnóstico de Bachelet.
«Tanto nuestra electricidad como nuestro gas están entre los más caros de América Latina», dijo la mandataria.
Chile no se quedará sin energía, porque en la peor de las situaciones puede recurrir a sus centrales termoeléctricas de diésel, pero este combustible es muy contaminante y los precios pueden llegar a encarecerse muchísimo.
«No estamos hablando de apagones eléctricos, eso no va ocurrir. Pero (…) no podemos continuar en el inmovilismo porque de continuar las cosas como están, en diez años más, el costo de la electricidad podría subir hasta un 34%», agregó la mandataria.
Bachelet anunció una inversión pública de 250 millones de dólares en los próximos cuatro años en energía, y un financiamiento extra de 400 millones de dólares para fortalecer la estatal Enap (Empresa Nacional de Petróleo).
Para ampliar la competencia y reducir los precios de la energía, se modificarán las bases de licitación y se promocionará la entrada de nuevos actores al mercado.
«El país necesita nuevas inversiones, mejorar la infraestructura de generación y transmisión, y más competencia con nuevos actores. Sin energía no es posible darle bienestar y crecer lo que la economía de Chile puede crecer», dijo el ministro de Energía, Máximo Pacheco.
El déficit y la incertidumbre de los últimos años en el sector energético de Chile han complicado la viabilidad de muchos de los proyectos mineros en carpeta en el país, que es el mayor productor de cobre del mundo.
Para este año, la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) proyectó un consumo de electricidad de parte de las mineras de 22,9 TWh, mientras que en 2025, teniendo en cuenta los nuevos proyectos mineros previstos, el consumo esperado casi se duplicará, a 41,1 TWh.
Más gas y energías renovables
Con 4.000 km de costa, el desierto con más radiación del mundo y la segunda mayor cadena volcánica del mundo, Chile cuenta con gran potencial para desarrollar energías renovables.
Bachelet quiere aumentar el peso de estas hasta alcanzar un 20% en la matriz energética hacia 2025 -hoy principalmente térmica, con gran peso del diésel y carbón- con el desarrollo de las energías solar, eólica y mareomotriz, así como potenciando la exploración en geotermia.
Un 45% de la capacidad de generación eléctrica que se instalará entre 2014 y 2025 provendrá de energías renovables no convencionales.
Además, para garantizar la seguridad de suministro ante la intermitencia de las renovables y bajar la contaminación y los precios del diésel, Chile apostará por el gas natural a mediano plazo, del que quiere aumentar las compras y regular por primera vez la distribución, para bajar su precio.
La mandataria anunció la ampliación de la capacidad de la terminal de Quintero, una de las dos que tiene Chile para regasificación, de Gas Natural Licuado (GNL) que llega en barco, y la construcción de una tercera terminal en el centro-sur del país, impulsada por la estatal Enap.
Otra de las herramientas previstas por Bachelet será la eficiencia energética: hacia 2025 quiere reducir un 20% el consumo eléctrico previsto para esa fecha.
Para ello, se cambiará la iluminación pública, se instalarán paneles solares en edificios públicos y se subsidiarán edificios con eficiencia térmica, explicó.
Participación de la ciudadanía
Otro de los proyectos de Bachelet será unir los sistemas eléctricos del norte (SING) y el centro-sur (SIG) y mejorar el sistema de trasmisión de la energía a lo largo del país mediante una nueva regulación.
El gobierno también quiere asegurar la participación de las comunidades locales en la implementación de proyectos energéticos, un nuevo actor que ha mostrado su fuerza y capacidad de paralizar judicialmente iniciativas energéticas cuando ponen en peligro el medio ambiente.
«Es mucho más eficaz trabajar con las personas desde el principio (de los proyectos) y resolver los conflictos a tiempo para que los proyectos no se judicialicen» luego, aseguró la mandataria.