AIEA insiste en posibilidad de verter al mar agua descontaminada de Fukushima
Tokio, Japón | AFP. Una misión de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) reiteró el martes la posibilidad de verter al mar el agua descontaminada de la central nuclear accidentada de Fukushima tras una visita al emplazamiento, donde mejora la situación, según el informe presentado a la prensa.
«Se han registrado avances significativos desde nuestra visita precedente» en 2013, explicó el director del equipo de la AIEA, el español Juan Carlos Lentijo.
«La situación ha mejorado» en Fukushima, subrayó, y explicó que la limpieza permitía reducir el nivel de las radiaciones en numerosos puntos de la central de Tokyo Electric Power (Tepco) accidentada por el sismo y el tsunami del 11 de marzo de 2011.
La AIEA saludó sobre todo la retirada sin incidentes del combustible de la piscina del reactor 4, cuya estructura se encontraba fragilizada y representaba un importante peligro potencial.
La misión recordó que la situación seguía siendo «muy compleja» y se mostró inquieta por el volumen creciente de agua más o menos contaminada almacenada en cisternas de fiabilidad incierta.
Esa agua, proveniente de los regadíos iniciales de los reactores para enfriarlos y de los continuos caudales subterráneos, se bombea y conserva en un millar de depósitos gigantescos. Tepco construye varias decenas al mes para absorber el flujo.
«El emplazamiento es amplio pero el espacio podría ser insuficiente a largo plazo si esto sigue», insistió Lentijo.
La AIEA aconseja pensar en verter al mar el agua sin lo esencial de sus elementos radiactivos, un tratamiento que permiten los sistemas instalados y usados en la central.
El vertido controlado de agua (aunque esté cargada de tritio, imposible de extraer por el momento) es «algo que hacen todos los días en el mundo la mayoría de las centrales nucleares» y el impacto medioambiental es desdeñable, insistió el responsable.
La mayoría de los expertos coinciden en que ese líquido acabará por ser arrojado al océano. Los pescadores locales y los grupos medioambientalistas se oponen a esta iniciativa.
En su informe preliminar publicado este martes, la AIEA también declara que «anima fervientemente a Tepco a reforzar la seguridad en el emplazamiento», donde están presentes a diario unos 7.000 trabajadores.
«Queda margen para mejorar la radio-protección y la seguridad del personal», estimó Lentijo.
El desmantelamiento de los cuatro reactores más dañados, de los seis que tiene la central nuclear Fukushima Daiichi, llevara tres o cuatro decenios y el mantenimiento durante ese periodo de efectivos suficientes y competentes es un reto.