Manifestantes de Hong Kong en las calles
Cientos de manifestantes permanecen en las calles de Hong Kong, tras ocho días de protestas en reclamo de la vigencia de una democracia plena, luego de una noche que transcurrió sin incidentes.
Los manifestantes siguen apostados en tres puntos clave de la ciudad y obtuvieron la posibilidad de mantener reuniones con el gobierno para avanzar en una «nueva fase» de reformas políticas.
El jefe del gobierno, Leung Chun-ying, permanece en el cargo pese a los reclamos para su renuncia, aunque muy debilitado por las protestas.
China, primera destinataria de los reclamos por los límites que impuso a las elecciones previstas en 2017, rechazó la posibilidad de retroceder en esa medidas y consideró ilegal las protestas.
Los empleados del gobierno, cuyas oficinas se encuentran en Admiralty, centro de las protestas de los últimos días, regresaron a sus tareas sin que se registraran incidentes, aunque en el lugar permanecen manifestantes.
Alex Chow, un estudiantes de 24 años que forma parte de la conducción de las protestas, dijo que «la gente tiene necesidad de descansar, pero retornará. Esto no significa que el movimiento haya terminado, hay mucha gente que lo sostiene».
La desmovilización parcial de los manifestantes permitió a Hong Kong reanudar sus tareas en un marco de normalidad, con regreso a los trabajos y apertura de las escuelas.
La Bolsa de Hong Kong abrió casi sin variaciones, ayudada por los indicadores positivos que provienen de Estados Unidos, tras varios días de perturbación de la actividad económica local.
El Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista Chino, sostuvo que las protestas en verdad tienen como consecuencia un retroceso de la democracia.
En un editorial, el cuarto desde el inicio de las manifestaciones, el diario escribió que «un principio fundamental de la democracia dice que una pequeña minoría no tiene el derecho de violar de un solo golpe el interés general y el espacio público, empleando métodos ilegales».