La contraofensiva se intensifica en Irak con la toma de dos localidades a los yihadistas
AMERLI, (AFP) – Soldados iraquíes, fuerzas kurdas y milicianos chiitas, apoyados por los bombardeos estadounidenses, intensificaron su contraofensiva contra los yihadistas del Estado Islámico (EI), a quienes arrebataron dos localidades en Irak, donde la violencia mató a más de 1.400 personas en agosto.
En Ginebra, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas decidió por unanimidad el envío de una misión para investigar las atrocidades perpetradas por el EI en Irak.
«Los informes que recibimos revelan actos inhumanos a un nivel inimaginable», afirmó Flavia Pansieri, la Alta Comisionada adjunta de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en referencia a los asesinatos selectivos, conversiones forzadas, secuestros, esclavitud, tortura y persecución sistemática por razones religiosas y étnicas.
Amnistía Internacional por su parte denunció en un informe publicado este martes «una campaña sistemática de limpieza étnica» destinada a «borrar toda huella de los no árabes y de los musulmanes no sunitas» en el norte de Irak.
Amnistía afirma que tiene «pruebas» de que varias «matanzas masivas» tuvieron lugar en la región de Sinjar donde vivían numerosos yazidíes, minoría kurdoparlante no musulmana.
«Centenares, quizás millares» de mujeres y niños de la minoría yazidi fueron secuestrados por el EI, y «miles» de personas han huido «aterradas», subraya la ONG.
Los extremistas sunitas del EI proclamaron a finales de junio un califato en los territorios bajo su control en Irak y en Siria, donde luchan contra el régimen de Bashar al Asad y contra los rebeldes sirios.
Tras romper el domingo el cerco de los yihadistas impuesto el 18 de junio a la ciudad turcomana chiita de Amerli, los combatientes kurdos y chiitas obtuvieron dos nuevas victorias el lunes, al tomar el control de Suleiman Bek, a 175 kilómetros al norte de Bagdad, y de la vecina Yankaja.
«En pocas horas conseguimos asegurar por completo» Suleiman Bek, en manos de los yihadistas desde hacía 11 semanas, declaró a la AFP Hadi al Ameri, comandante de una milicia chiita.
Los combatientes celebraron esta victoria con disparos al aire y gritos contra el EI, según un corresponsal de la AFP en el terreno. No obstante, la distribución de víveres a la población provocó peleas entre los hambrientos habitantes, a quienes el asedio privó durante semanas de agua, alimentos y medicamentos.
El primer ministro saliente, Nuri al Maliki, aseguró en declaraciones a la televisión durante una visita a Amerli que «Irak será una tumba» para los yihadistas.
– Nuevos bombardeos estadounidenses –
Los yihadistas lanzaron el 9 de junio una fulgurante ofensiva en Irak, donde se apoderaron de amplios territorios en el norte del país ante un ejército en desbandada.
Aunque no se dispone de ningún balance de muertos desde el lanzamiento de la ofensiva del EI, la ONU anunció este lunes que al menos 1.420 personas murieron y otras 1.370 resultaron heridas en el mes de agosto, cuando los ataques yihadistas obligaron a las fuerzas kurdas a replegarse hacia la región autónoma del Kurdistán (norte).
En Bagdad, la explosión de dos coches bomba mató este lunes a nueve personas e hirió a 26.
Según Naciones Unidas, 1,6 millones iraquíes abandonaron sus hogares en 2014 (850.00 en agosto), entre ellos un gran número de las minorías cristiana, yazidí y turcomana.
La crisis humanitaria obligó a Estados Unidos a intervenir con bombardeos específicos contra los yihadistas. En Amerli, la aviación estadounidense llevó a cabo cuatro ataques aéreos.
Este apoyo aéreo, iniciado el 8 de agosto, representa la primera acción militar de Washington en Irak desde la retirada de sus tropas a finales de 2011 y permitió arrebatar el 17 de agosto la presa de Mosul a los yihadistas. Estados Unidos bombardeó de nuevo el lunes este sector.
Los países occidentales aportaron también ayuda humanitaria y decidieron armar a las fuerzas kurdas.
Alemania anunció una primera entrega de armas a los kurdos, entre ellas, miles de fusiles de asalto. La canciller alemana, Angela Merkel, justificó esta ayuda por la amenazas que representan los yihadistas del EI «para Europa y para Alemania».
Merkel evocó los alrededor de 400 alemanes que se unieron a las filas del EI en Siria e Irak, mientras que Reino Unido informó de 500 británicos. El primer ministro británico, David Cameron, anunció el lunes medidas para hacer frente a esta amenaza, como la confiscación de los pasaportes en la frontera a los viajeros sospechosos.