Felipe VI sucede a Juan Carlos en el primer cambio de rey de la España democrática
MADRID (AFP) – Felipe VI jura este jueves fidelidad a la Constitución, en su primer acto oficial como monarca, tras haber sucedido a su padre Juan Carlos en el primer relevo de la corona española desde la restauración de la democracia.
El nuevo rey, de 46 años, que tendrá la ardua tarea de devolver brillo a una monarquía desgastada por los escándalos y la crisis, entró oficialmente en funciones a medianoche, con la publicación de la «ley orgánica que hace efectiva la abdicación de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I de Borbón».
El joven monarca, tras la ceremonia de proclamación en la Cámara de Diputados, presidirá un desfile militar y recorrerá en coche junto a la reina Letizia el centro de Madrid engalanado en su honor, con miles de flores y centenares de banderas españolas rojo y gualda, y bajo fuerte protección policial.
Helicópteros sobrevolaban la ciudad desde primera hora de la mañana y alrededor de 7.000 policías debían garantizar la seguridad. Pequeñas manifestaciones prorrepublicanas fueron convocadas en señal de protesta, pero las autoridades las prohibieron.
Una pantalla gigante en el centro de la capital retransmitirá en directo la ceremonia, y se espera que unas 10.000 personas acudan a la Plaza de Oriente para ver a Felipe VI y Letizia cuando salgan al balcón del Palacio Real a saludar junto a Juan Carlos y su esposa Sofía.
Una recepción con 2.000 invitados y embajadores extranjeros cerrará la jornada.
– Con uniforme, pero sin cruces –
Felipe jurará fidelidad a la Constitución de 1978 vestido con el uniforme de gala militar y luciendo el fajín de seda roja correspondiente a su nuevo papel de capitán general de los ejércitos.
Las ceremonias serán estrictamente laicas, en un gesto que prácticamente todos los ámbitos de la sociedad española aceptaron como prueba de modernización de una institución identificada durante siglos con la propagación de la fe católica.
«Es una ruptura muy inteligente con una tradición larguísima», dijo a la AFP el analista y exdirector del diario conservador ABC José Antonio Zarzalejos.
«Es un mensaje de que la corona es neutral», en una sociedad «aconfesional y multirreligiosa», agregó.
El nuevo monarca tendrá entre sus principales retos enfrentar las tensiones independentistas de Cataluña, que están volviendo a cobrar fuerza también en el País Vasco.
También sube al trono en un marco de fuerte desprestigio de los partidos políticos tradicionales, que se vieron desafiados por la irrupción de fuerzas alternativas en las últimas elecciones europeas.
Y de recelo general ante el conjunto de las instituciones, monarquía incluida, en un país que apenas empieza a vislumbrar una salida a la crisis económica que dejó a un cuarto de la población sin trabajo.
«La primera tarea de Felipe VI será la de usar sus facultades para facilitar los grandes consensos», escribía este viernes el diario El País en un editorial.
«Al Monarca se le espera en el terreno de la unidad de los españoles y en la forma de resolver los problemas que se ciernen sobre la convivencia, y también en las cuestiones sociales y en los derechos ciudadanos», agregó.
La monarquía española había sido abolida con la proclamación de la II República en 1931. La guerra civil de 1936-39 dio paso a la dictadura del general Francisco Franco, que se prolongó hasta su fallecimiento en 1975.
Unos años antes de morir, Franco designó a Juan Carlos para sucederlo.
El flamante rey sorpendió con una rápida apertura democrática. Y se ganó su legitimidad a los ojos de la mayoría de sus compatriotas al sofocar el golpe del 23 de febrero de 1981.
Pero en los últimos años, los problemas de salud y una serie de errores y escándalos mermaron sus fuerzas físicas y empañaron su prestigio.
Su hija menor, la infanta Cristina, fue imputada en enero por presuntos fraude fiscal y blanqueo en una causa abierta contra su esposo, Iñaki Urdangarin.
El monarca, de 76 años, decidió finalmente ceder el trono a su hijo.
El miércoles, participó en su último acto oficial: la firma de su propia abdicación, anunciada el 2 de junio.
Visiblemente emocionado, Juan Carlos, que mantendrá de por vida el título honorífico de rey, recibió una gran ovación de los cerca de 160 asistentes, entre ellos sus nietas, Leonor, de 8 años, nueva heredera al trono, y Sofía, de 7 años, sentadas en primera fila.
El cambio de rey coincide con el fin del reino futbolístico de España, que el miércoles fue eliminada del Mundial de Brasil tras perder frente a Chile (0-2) después de haber sido humillada por Holanda (1-5).