Equipo de inspección de armas químicas en Siria «a salvo» y camino a su base
LA HAYA, (AFP) – Los investigadores de la misión de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y sus conductores, cuyo secuestro había sido anunciado este martes por el ministerio de Relaciones Exteriores sirio, están «a salvo», dijo la OPAQ.
«Todos los miembros del equipo están seguros, sanos y salvos, y van camino de su base operativa», dijo a la AFP un portavoz de la OPAQ, Michael Luhan.
«Un convoy de inspectores de la OPAQ y de personal de Naciones Unidas fue atacado», afirmó. «Por razones de seguridad no podemos decir nada más», agregó sin precisar si los investigadores habían sido brevemente secuestrados o si habían logrado escapar.
Por la mañana, el ministerio sirio de Relaciones Exteriores afirmó en un comunicado que «grupos terroristas secuestraron a cinco conductores sirios y seis miembros del equipo de investigación de la OPAQ sobre el uso de cloro que iban en dos automóviles» en la provincia de Hama.
En el lenguaje del régimen, la palabra «terrorista» designa a los rebeldes.
Según el ministerio, tras la llegada del equipo de la OPAQ en cuatro automóviles pertenecientes a la ONU en la localidad de Tibet al Imam, en el centro del país, las autoridades sirias le informaron de que no podían garantizar su seguridad a partir de ese punto. El convoy decidió sin embargo continuar su camino.
«Dos kilómetros después del pueblo de Tibet al Imam, uno de los automóviles se incendió debido a una carga explosiva, obligando al equipo a cambiar de vehículo y dar media vuelta en dirección a Tibet al Imam. Pero sólo un automóvil llegó a esa localidad», los otros dos desaparecieron, agrega el comunicado del ministerio.
El equipo de la OPAQ, enviado a Siria para investigar posibles ataques con gas de cloro, se hallaba entre los pueblos de Tibet al Imam y Kafar Zita en el norte de la provincia de Hama, cuando fue secuestrado, señala el comunicado.
Militantes de la oposición afirmaron recientemente que el régimen utilizó cloro para atacar a opositores en ciudades de las provincias de Hama e Idleb (noroeste). El régimen sirio responsabilizó a los rebeldes.